Efemérides

1 de febrero: Nace Norman Rockwell (1926)

miércoles, 31 de diciembre de 2008

Principios y finales

Hoy La Tremolina cumple un año. Parece que fue ayer (que dice la frase hecha y rehecha) cuando una se ponía enfrente de esta cosa "elija fondo > personalice texto > ya tiene su bló" y le daba por escribir sobre la vuelta del break-dance (poco iba a saber yo entonces que Buenafuente, como siempre, me copiaría de cara a Eurovisión >D).

En este rato, han sucedido diversas banalidades de las que les he ido informando puntualmente, y ustedes han ido surgiendo de entre la nada (unos por coacción, otros por generación espontánea) y se han acomodado entre estas páginas, para regocijo de su dueña. A este respecto, quiero entregar públicamente el Sugus de Piña de Oro a la Sra. Díaz, que calladita, calladita, encabeza el ranking de oteadores tremolineros, desde su Rostock de adopción. O eso, o las cincuenta y tantas visitas al mes provenientes de Rostock se deben a un club de fans del que no tengo constancia. Asimismo gracias a Barcelona y a Santiago de Chile, que se disputan el segundo puesto. Muchas gracias igualmente a los que pasean de vez en cuando, y, por supuesto, a los comentaristas más y menos habituales, que son la sal del ciberespacio. No me olvido del visitante de El Puerto de Santa María, ese que probablemente llegó por error y que nunca volvió a pisar, y que tiene artículo en su honor y todo.

En fin. El año termina, La Tremolina hace pucheritos en su cuna, y cada cual tiene su forma de celebrarlo. En Valencia tiran petardos y queman ninots. En Israel también. En Madrid nos apechugamos unos contra otros en la Puerta del Sol para ahorrar calefacción.

Sin embargo hoy, en que La Tremolina cumple un año y que el mundo celebra el fin del mismo y la llegada de uno nuevo, es también el día que ha escogido mi semiabuela para morirse. Cae así el penúltimo bastión castizo, la penúltima representación del habla chulapón, la penúltima persona que me preguntará por "el que me acompaña", en lugar de preguntarme por "mi novio". Y que me dirá que qué buen mozo, y que "me lo administre". "Porque anda, maja, es muy bonito que a una le digan lo lista que es, y lo maja que es, y que es la más guapa del mundo, aunque no lo sea". Cae mi semiabuela y serán ya pocas las personas en el mundo que tengan amigas que la visiten cada tarde.

Así que permítanme que me retire unos minutos entre bambalinas. Por mi parte, y hacia ustedes, sólo me queda insistir en la misma idea: Gracias por venir.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Patitas de rana y otras reflexiones

En el artículo anterior, que es el que ustedes encuentran después de este (misterios del espacio-tiempo), hay un comentario en el que se me emplaza a lamerme las heridas a base de batracios.

La forma de la exhortación ha anulado completamente mis capacidades psicomotrices durante un total de cuatro segundos, y ha conseguido que se tambaleen con tremenda virulencia los pilares sobre los que se asientan las verdades universales que he aprendido en la infancia.

Sana, sana, patita de rana. ¿Cómo que patita de rana? ¡patita de rana? ¡El sintagma que corresponde a esta locución siempre ha sido culito de rana! ¡Culito de rana, caballeros!

Comprendo que algunos de ustedes puedan encontrar mi reacción desmedida. Pero las tornas de su punto de vista cambiarán drásticamente si les digo que no hace ni dos semanas que mis oídos captaron la siguiente expresión:
sana, sanita, culo de ranita

Ante la gravedad del hecho, y la constatación de que existe un mundo plural a este respecto, no puedo sino iniciar una investigación profunda que trace las fronteras paralingüísticas del asunto, a fin de que la sociedad hispanohablante sepa en cada momento qué combinación utilizar en sus viajes por esta nuestra vasta geografía.



Entretanto, me he entretenido pensando en las Olimpiadas. En lo aburrido que tiene que haber sido retransmitir la natación en los Juegos Olímpicos de este año.
Y los jamaicanos. También he pensado en los jamaicanos. Que pa qué corren tanto, si al final siempre van a encontrar agua.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Sangre que hierve

Acabo de tener ocasión de ver en la televisión (concretamente en Telemadrid) la película Sangre de Mayo, y me veo en la imperante necesidad de realizar una crítica cinematográfica.

Creo necesario, antes de nada, felicitar a José Luis Garci porque ha conseguido superarse, algo que parecía poco probable. Si últimamente sus películas eran cada vez peores, con esta ha conseguido traspasar la simple mediocridad e instalarse en la auténtica mierda (con perdón, si hay lectores susceptibles de sentirse incómodos ante la mención del producto intestinal).

Sí, ha conseguido superarse. De principio a fin. Empezando por la elección del cuerpo actoral, en el que a un actor como Quim Gutiérrez, nada desdeñable en Azul oscuro casi negro, se lo cree uno en su papel por mera simpatía; o el desfile de rostros televisivos de toda índole que pasea por doquier, al margen de sus capacidades laborales. Aunque esto puede resultar útil, porque, siendo tan mala la película, uno al menos puede entretenerse con la familia montando una timba de a ver quién adivina en qué serie salía este. En fin, en este aspecto sólo he echado en falta a Elsa Pataki para el pleno al quince. Y a algún que otro olvidado más de Al salir de clase.

Qué decir tambien sobre el guión. Glorioso. Un gaditano de tronío que declama el texto coma por coma. Una ser humana del año 1808 que usa expresiones como "este puto hilo". Y un largo etcétera. Garci, alma de dios, que podías haberte ahorrado este vapuleo contratando a los asesores de Amar en tiempos revueltos. Y con ese afán por las series, seguro que hasta te hacían descuento.

Y sin embargo, ¡ay!, cuando lo creía todo perdido, cuando pensaba que ya no era posible sino la indignación absoluta ante esa sarta de gilipolleces tópicas y tergiversadas al respecto de Madrid y sus madrileños y el heroico 2 de mayo, cuando llegué a aceptar que lo mejor del filme habían sido los treinta minutos de presentación del mismo en la mentada cadena de televisión con la fundamentalista católica de Esperanza Aguirre al frente de cada imagen del pseudo-documental, cuando tan convencida estaba de que la única salida viable a esta situación era arrojarme por la ventana al grito de ¡¡banzai!! ante semejante "remake" de Marcelino pan y vino y Nobleza baturra... llegó la última sucesión de fotogramas. Esa en la que se nos muestran las torres de la Ciudad Deportiva desde diferentes ángulos, amén de otras escenas del Madrid modenno y cosmopolita. Madre de dios.

Comprendo ahora que haya salido por televisión escasos meses después de estrenarse la película, y que se retirara de los cines escasos días después de estrenarse en ellos, si me apuran. Ay, Garci, Garci, con lo que tú tienes a las espaldas, con ese Volver a empezar o ese El Abuelo, ¡o habiendo sido guionista de La cabina!, ¿cómo me haces estas cosas?. Mira que en breve te veo como a Sánchez Dragó. De bufón de la corte.

Y que conste que yo seguía con gusto tu programa.


En fin. Como ustedes no se merecen este regusto amargo con Garci y la Aguirre paseando cual Heidi y Pedro por estas páginas, les dejo aquí un, este sí, gran momento de la televisión española. Que ustedes lo disfruten (o no).

jueves, 18 de diciembre de 2008

Vida ascendente

Esta mañana he hecho una amiga nueva. O, mejor dicho, una amiga nueva me ha hecho a mí.

Nos encontrábamos mi carrito de la compra plegable Rolser y yo a bordo de un Circular, autobús éste que se caracteriza por dejarnos en el supermercado Día más cercano, cuando la señora que se hallaba en el asiento detrás de aquel que ocupaba yo, el cual a la sazón era el primero después de la puerta de salida, se ha incorporado y ha exclamado:
-Ay, que me mareo.

Mis reflejos han acudido solícitos en su auxilio, manifestándose en forma de mano que la agarra del codo y le sugiere:
-¿Se quiere usted sentar?

-Ay, no... no... si es sólo un vahído... pero es que llevo marcapasos, y...
-No se preocupe: yo me bajo con usted.

Así que nos hemos bajado los tres: la señora, la que suscribe y el carrito Rolser, en pleno Corte Inglés de Argüelles; ella ha bajado bastante ufana, para mi sorpresa, pero a los tres pasos se ha dirigido rápidamente hacia una farola, a la que se ha aferrado con unción.
-Venga, no se preocupe, vamos ahí a la marquesina y nos sentamos.
-Sí... bueno... ay hija, lo siento... es que llevo marcapasos...
-No se preocupe usted, faltaría más.

La he dirigido a la parada de autobús, he pedido a la concurrencia que nos dejaran aposentarnos (más bien a ella), y ella me ha comentado que no sabía si irse a la Concepción.
-(...)
-(...)
-La Concepción... Me pilla usté ahora mismo, no la sitúo...
-¡La Concepción! -me ha dicho, señalándome en una dirección tó palante. - ¿Tú tienes reloj con segundero?
-Pues... sí...
-Pues cuenta a ver -e inmediatamente se ha buscado el pulso.

Yo, que en estas cuestiones no estoy muy ducha pero soy harto obediente, me he puesto a contar. Cinco. Diez. Quince. Veinte. A las veinticinco me he dado cuenta de que no sabía qué estaba contando. Treinta. ¿Me dirá ella cuándo parar de contar? Treinta y cinco. Pues ella no dice nada. Cuarenta...
-Pues ahora mismo es un minuto -le he hecho saber, al cabo de sesenta segundos, y esperando que fuera la respuesta correcta.
-Huy. No sé. ¿No te has pasado un poco?
-No, señora.
-Pues es que me noto... no sé... es que...
-Bueno, no se preocupe, mire: ahí hay una farmacia. Si quiere vamos y nos quedamos más tranquilas.
-Pues mira, sí.
Y así es que hemos iniciado la marcha hacia la farmacia.

-Pues una vez me pasó en el metro y dio la casualidad de que había un médico.
-Huy, qué suerte...
-Menos mal...
-Hombre, yo pienso que siempre alguien reaccionará...
-Pero si me da en mi casa, yo sola, me quedo ahí.

Llegamos a la farmacia. Yo ya había empezado a sospechar, confieso. Pero en la farmacia ya no ha habido dudas.
En lo que venían o no venían a tomarle el pulso, y yo intentaba dejarla en buenas manos, parecía que ella después de todo no tenía intención de quedarse en manos tan buenas.
-Pues muchas gracias, reina. Dime tu número de teléfono, y por lo menos te felicito las pascuas...
-N...no se preocupe... si yo de verdad que encantada... en fin... -decía yo, mientras ella rebuscaba un boli en el bolso- bueno... pues, mire, no sé, creo que tengo alguna tarjeta...
Y se me ha ocurrido la gloriosa idea de darle una tarjeta de mi persona para que se quedara a gusto.

-¡Anda! ¡Eres traductora!
-Hmm... pues... s...sí...
-¡Qué casualidad! ¡Yo también!
-¡Anda! ¡Qué casualidad!
-Yo lo que pasa es que no soy titulada... esto es, que no soy jurada... pero en pequeñas cosas... pues a veces hago... yo es que en realidad soy profesora, pero también a veces traductora, porque ¿tú dónde estudiaste? [blaaaaaaaa... blaaaaaaaaaa... blaaaaaaa], y entonces yo daba clase en Agrónomos , bueno, yo estoy jubilada, pero doy clases privadas de inglés, y siempre me ha gustado lo de traducir, porque ¿tú eres intérprete o simultánea?
-Yo... pues... no sé muy bien a qué se refiere, porque... es lo mismo.
-Que si eres de las que esperan a que hablen o eres simultánea.
-¡Ah! Bueno, en realidad en los dos casos son intérpretes, sólo que el que espera se llama "intérprete consecutivo" y el que habla a la vez, "intérprete simultáneo"
-No, pero en el argot al primero se le llama intérprete, y al segundo, traductor simultáneo -me ha indicado, dictando sentencia-.
Entre que ya llevaba con la señora ni se sabe el tiempo, que yo a todo esto tenía que hacer la compra, y que con la última frase ya estaba claro que íbamos a tener más bien poco que intercambiar, he probado suerte con la frase mágica:
-Bueno, pues ya que está usted en buenas manos, yo me voy a tener que ir...

Más quisiera yo. Antes de concluir el conato de despedida, ella ha continuado la conversación con una pregunta. La mar de enérgica, por cierto y añado.
-Pero eso, qué difícil, ¿no? Los traductores simultáneos...
-Pues... no... en fin... todo tiene su mecánica...
-Pues a mí es que me resulta muy dificil. Porque yo estuve haciendo eso en... bueno... yo... yo soy simpatizante de Vida Ascendente.
-...
-...
-(...¿?)
-(sonrisa beatífica, con previa cuasi-imperceptible duda existencial)
-...
-...entonces estábamos en Lourdes, y bueno, había de todo: de alemán, de francés...
-(Tremolina HUYE. Ya)
-...¡y me pareció muy complicado!
-Pues... ¡¡pues muy bien, hombre, porque siempre están bien las nuevas experiencias! ¡Así sabe si le gusta o no! Y en fin, yo ya la dejo, que me tengo que ir a la compra que si no no voy a tener lista la comida.
Confieso que he estado apunto de añadir, o bien un "para mi marido a las dos y media", o bien un mucho más malévolo "para mi mujer, que la pobre llega cansadísima de trabajar". Pero el caso es que así lo he dejado, mientras poco a poco iba dando pasitos hacia la puerta y ella me decía: "Pues muy bien, si me entero de algo de esto, te aviso..."
Y en el "aviso" ha sido cuando he puesto pies en polvorosa.

Con la iglesia hemos topao.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Tronco, yo no corono rollos con bombo

Tengo un problema. Un problema que se agrava al llegar estas fechas. Y es que yo no juego a la lotería. Y eso me produce un gran handicap social. Como lo de no beber vino.
Ni cerveza.

Paso por Gran Vía y esquivo las ingentes cantidades de gente que sitian a doña Manolita por todos los flancos (porque la cola da la vuelta hasta esquinas inimaginables). Y nada. No me pone nada.

Mi hermana, siete años menor, juega. Y esto me provoca el mismo complejo insípido que el hecho de que ella tenga carné de conducir desde los 18 años, y yo siga con mi vehículo ecológico a base de femorales. Y es que ella es una mujer de la vida, un mujer de la actualidad, una mujer de la posmodernidad, y yo una de edad moderna tardía tirando a contemporánea, que dijo uno. Yo muy bien sería el profesor de la República que incita a sus alumnos a recapacitar sobre la naturaleza de la babosa, y ella, la más admirada trilera de Benidorm. E iría por la calle tarareando: "Ies... que... yo! larala-lá, amo la vida y amo el amor...". En fin, cada cual nace como nace, cada uno es de su padre y de su madre.


Sin embargo, y a pesar de todo, y esto es lo que me tiene a mí en suspenso, sucede que puntualmente me llegan participaciones de lotería. Sé que se llaman así porque lo pone arriba y yo reflexiono al respecto y concluyo que este será el nombre que normalizadamente reciba el pequeño documento rosado en DIN A-8. Pero, en el fondo, desconozco en qué consisten. Sólo sé que en torno al 7 de enero mi madre me dice: "bah, los puedes tirar todos, no ha tocado nada". Y yo los echo a reciclar.

Pero últimamente me pregunto qué ocurrirá cuando ya no pueda refugiarme más en el concepto hija de Julia y el prójimo pase a considerarme unidad familiar en mí misma. De hecho, demasiado creo que me han dejado ya en tan cómodo batiscafo. ¿Qué ocurrirá entonces? Las unidades familiares ajenas que puntualmente envían participaciones esperarán que las envíe yo también, y entonces llegará el Armagedón.

Y yo me despierto cada noche empapada en sudor, justo en el momento en que salto al mostrador de doña Manolita vestida de carlista y grito, bayoneta en mano:
-¡¡¡Le dije que acabara en siete!!!"

jueves, 11 de diciembre de 2008

Gabriele va a cambiar tu vida

Estimados buscadores del Santo Grial Antilaboral, del elixir del eterno paro, de El Dorado del ocio... habéis de saber que esta que suscribe, en su magnificiencia, os confesará un hecho que no por público será menos admirable. Y es que yo... lo he encontrado. A Él. Al Santo Grial, al Elixir, a El Dorado. He encontrado -por fin- la forma excelsa de vivir muy bien sin pegar un palo al agua.

Vi la luz en un avión, haca ya unas semanas, cuando una amable azafata de Alitalia me ofreció, en lo que luego interpreté como una excusa premonitoria a cambio de perderme las maletas, un New York Times. Como ya sabe el fiel lector que siga las enseñanzas de esta vuestra guía espiritual en las distintas entregas, yo soy mujer de mi tiempo y sé que el New York Times marca el biorritmo de los negocios del mundo mundial. Los franceses creen que esto lo hace el Le Monde, pero es sólo porque aún no se han repuesto del trauma de que el siglo XIX haya concluido y no sea su idioma lo que aprenden las gentes, sino esa otra lengua bárbara insular. Abajo Robespierre, arriba Adam Smith.

Total, que yo presto plena atención a los artículos del periódico, a sabiendas de que uno de ellos ha de ser crucial para mi desarrollo como homo economicus. Y de repente, en la página 19 de la edición especial internacional de fin de semana... ahí está. ahí aparece, ante mí, Gabriele. Con su canto de sirenas. Y la promesa de una vida sin igual, exclusiva, diseñada para mí... con la única condición de reunir en mi ser los requisitos deseados. Sí... yo creo que sí. Yo creo que puedo ser material intercambiable y ponderable para un matrimonio de elite.


Gabriele me mira desafiante desde su fotografía. En Suiza, de donde su empresa es originaria, no te dejan abrir una cuenta de banco así por las buenas, "hola, bonjour, guten Morgen, que venía yo a preguntar si cobran por la cuatrobé, mire que tengo intención de ingresar la nómina". Así que resulta lógico que uno tampoco pueda casarse así por las buenas. "Hola, bonjour, guten Morgen, que quería yo contraer matrimonio con Rosamunde porque es que la quiero mucho". Pues bien, Gabriele, acepto el reto, quiero esa vida de postín, quiero llevar bikini de piel al lago Constanza, quiero recoger el testigo que dejó Sissi al fallecer en tus riberas ginebrinas.

Repaso el primer anuncio. "EL PRESIDENTE del CONSEJO de un HOLDING DE RENOMBRE MUNDIAL. Un cautivador Ciudadano del Mundo, con un encanto que desarma, humor, generosidad y específica sustancia humana [cito textualmente], de unos jóvenes 60 años, 1,90 de altura, reside principalmente en el Sur de Europa en una de las zonas privilegiadas. Experto en Relaciones Internacionales y Mercados Financieros, excelente golfista y tenista, adicto a los coches de gran cilindrada... y al que simplemente le encanta y sabe... ¡cómo disfrutar de la vida! que considera el matrimonio como LA institución privada vital. Él es uno de los hombres sinceros y disponibles..."

Bueno, no pone que sea un excelente acordeonista, pero me lo podría plantear. Tengo el pelo corto así que el viento no me lo iba a despeinar en el Lamborghini. Además, si dice lo del sur de Europa, que es golfista, y que pese a su excelencia en mercados financieros y relaciones internacionales aún le queda tiempo para alcanzar la excelencia también en golf, es que sin duda vive en Andalucía, así que me pilla cerca de casa.

Pero, ¡qué veo! ¡Si también hay anuncios relativos a féminas! Bueno, sé que muchos de ustedes, oh machos lectores que se están preguntando ahora mismo qué hacen en esa su oficina de cuarto piso frente a un ordenador en lugar de estar adquiriendo automóviles de alta cilindrada, esperan ávidos información a la que puedan sacarle el jugo y opositar a candidato para Gabriele. No se preocupen, aquí va la reseña de la fémina:

"Joven de 26 maduros años, DIPLOMÁTICA, de fantástico aspecto, Licenciada y Doctorada en Economía, Historia, Ciencias Políticas, Neurolingüística, Psicología, Ballet. Escuela de modelos -¡su rostro dejaría k.o. a los mejores productores de cine! ¡Habla de modo fluido 6 idiomas y definitivamente es una entre un millón...! Esquiar en Tinges y los estudios artísticos en Venecia son algunas de sus múltiples actividades; sus conocimientos, pasión, raciocinio y excelente carácter son tan impresionantes como su belleza. Una mujer cuya composición se basa en unas cualidades fuera de serie y una inteligencia madura, que ha decidido que su futuro marido, de miras internacionales, sea de una edad de hasta algo más de 50 años. Definitivamente, una oportunidad DE LAS QUE SE PRODUCEN SOLO UNA VEZ EN LA VIDA."

Vaya. Otra que no toca el acordeón.

En cualquier caso, mis queridos feligreses, si veis que con este imput se os abre un mundo de posibilidades a vuestra medida, podéis visitar la página de Gabriele: http://www.worldwide-elite.com/
Decidle que vais de mi parte.
Y ni un gesto de extrañeza si saca el tema de los doce títulos académicos que ostento.

martes, 9 de diciembre de 2008

Se vende La Tremolina

Miren lo que me encontré ayer en este vasto mundo del internés:




¡¡La Tremolina se vende en California!!

Eso sí: peazo de inmueble que estoy hecha...

domingo, 7 de diciembre de 2008

Retales

Esta noche Sacau me ha obligado a acudir a un lugar en el que una moza en sus treinta y algo ejercía de cantautora.

Yo me he mostrado un tanto reacia en primeras nupcias, puesto que el espíritu Silvio Rodríguez hace ya muchos años que me dio la espalda en pos de una pose hacia los días mucho más escéptica. Eso, y que los cantautores de hoy en día andan muy ismaelserranizados. No cunden los Krahes (más apropiados para almas escépticas).
Pero en fin, yo he ido, porque por encima de todo la muchacha le gusta mucho a Sacau y Sacau me gusta mucho a mí. Así que yo he acudido.

Efectivamente, se ha arrancado por Silvio Rodríguez, su padre musical, según definición de la interesada.

Y canción va, canción viene, a mí la artista me ha seguido gustando igual de neutramente, pero sí ha conseguido que pasearan por allí los tiempos en que una iba de la facultad a la radio de la radio a la escuela de idiomas de la escuela de idiomas a la cama de la cama a los paraninfos de otras facultades y de los paraninfos a los recitales en que una escuchaba y era escuchada.

Y me he preguntado en qué momento exactamente fue que vinieron la vida o el mundo (no sé) y se me echaron encima.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Mi gurú, ese señor con gafas

Ayer me despedí de mi gurú laboral.

Mi gurú laboral es un señor con barba que la Comunidad de Madrid ha colocado en una empresa con el fin de guiarme en el camino hacia el pleno empleo. El gurú laboral orienta, asesora, propone y procura que el alma cándida que tiene sentada enfrente halle una retribución económica a cambio de ofrecer su fuerza de trabajo a una empresa o entidad.
Solo que mi gurú no fue a clase el día que explicaron eso.

Nos conocimos hace casi dos meses. "¿Tremolina? Hola, buenos días, yo soy Torcuato LucadeTena*". Me llevó por un pasillo hacia una amplia sala con mesas y sillas, habitadas por otros gurús y otras almas cándidas. Me retiró la silla para que accedira cómodamente, "siéntate", me indicó. "Bueno, pues cuéntame. Tú qué has hecho".
-Pues bueno, verá, yo estudié tal cosa.

Estas son las únicas palabras que yo recuerdo haber pronunciado en las tres sesiones que hemos experimentado juntos. A partir de aquí, ha habido dos líneas principales de argumentación sobre las que ha ido girando el monólogo en tres actos que ha protagonizado mi gurú en estos dos meses:
1.- Tú lo que tienes es que hacerte autónoma
2.- Yo soy un experimentado sociólogo (yuuuuussss tedes lo van a ver, lo-van-a-ver)
Y así, durante nuestras sesiones, he sido informada con ahínco de los éxitos laborales de mi gurú, que fracasó por exceso del mismo (de éxito, no de "él mismo"), porque claro él tenía tanto trabajo que tenía que contratar a mucha gente y cuando él contrata gente inevitablemente se pone del lado del trabajador y pues claro se arruina, y él tomo parte decisiva en Bruselas en los acuerdos de la UE para el campo en España, porque él es sociólogo agrícola [sic], y porque los trabajadores del campo con Bruselas es una batalla continua, y a él le encargaban estudios en los que a lo mejor trabajaba un año entero, y cobraba muchos millones de pesetas porque era un afamado sociólogo, y él bvhbhfb campo, y él ñsjgskdjkdjn sociólogo, y él sdjbvjlbs agrícola.
Yo, entretanto, mantenía mi vista fija en los labios de mi gurú, situados entre las barbas, y trataba de que mi pabellón auditivo no se dirigiera ni siquiera efímeramente hacia las conversaciones ajenas que bailaban claqué en otras mesas ("pero entonces, a ver, porque no lo entiendo, porque yo pongo mi curriculu en el infoyó, pero y entonces luego qué, ¿me llaman o qué?")

En esta mi tercera y última sesión de ayer, decidí pronunciar mi siguiente frase ante la provocación "hola Tremolina, qué tal".
-Pues... verás Torcuato, es que lo de hacerme autónoma... ahora mismo... dada la coyuntura y mi campo de actuación... no lo veo. No creo que sea el mejor momento.
El gurú me miró con ojos ligeramente brillantes. Como a punto de naufragio. Otro novicio que desistía de La Verdad, en el camino hacia el autoempleo.
Pero el gurú, en su fuero interno, comprendía. Malos tiempos para la lírica. Está bien, Tremolina, adéntrate en los escozores del trabajo por cuenta ajena. Y busca por ti misma, porque con la mierda de trabajos que tenemos en oferta aquí, más vale pegarse un tiro.
Sin embargo, como muestra de amistad y de ausencia de rencores, decidió obsequiarme durante la hora de sesión no ya con una continuación de su extenso curriculum, sino con una introducción al de su hija.

Publicista, dos masters. Svnjnjbf beca, hsdbvhub jornada.



*nombre ficticio

viernes, 28 de noviembre de 2008

Asaltos (II)

En el vídeo que aparece más abajo, en el artículo "Colaboraciones II", hay un momento en que aparece una mano loca de color azul.
La imagen ha traído al expositor frontal de mi memoria el colegio al que yo acudí a los seis años de edad.

Cuando yo era pequeña, no contaba con hermanos mayores ningunos, así que mi referente eran mis dos primas, que vivían en el piso de arriba y a las que su madre llevaba vestidas igual, pese a sus cuatro años de diferencia. Lo que divertía a mis primas era, sin duda, lo más divertido. Los discos que les traían los Reyes Magos eran discos con los que toda discoteca personal había de contar. Y la ropa que portaban era, huelga decirlo, la que había de marcar tendencia. ¡Menudo júbilo me entraba a mí por las patas cada vez que heredaba algún jersey!
Así que cuando llegó el momento de dejar el preescolar y pasar al cole de mayores, quise ir a un colegio "¡como el de las primas, mami!". Era este un colegio con señoras vestidas de sotana blanca que a primeros de mayo acostumbran a llevarle flores a maría.

Mi madre, que dados los tiempos de su escolarización (y la cercanía del centro educativo para con su domicilio) había tenido el placer de degustar uno de estos colegios -y las monjas, de degustarla a ella, ¡pobres!-, siempre dice que ella ya ha rezado para toda su vida. Y para sus descendientes. Así que no era precisamente partidaria de depositarme en un colegio como el de las primas. Pero yo me empeñé. Y allá me metieron. Más feliz que unas castañuelas.

El curso escolar que pasé en esa escuela está lleno de momentos irrepetibles. Como esa vez que nos castigaron por poner los pies en los radiadores, tratando de secarnos los calcetines por la nevada que había caído. Como cuando en el comedor, una semana a cada mesa, le tocaba secar los platos y vasos de toda la escuela después de comer. Como cuando en el comedor, si alguien echaba algo de la boca, se lo hacían volver a tragar. Como cuando en la clase, sor Inés gritaba a los niños en el oído "¡¡¡cuaderno se escribe con minúuuuuuuuscula!!!", si se equivocaban. Como cuando a mí, que leía muy bien a mis seis años de edad, me exhibían ante el mundo, pasajes en mano, tras la mentada entrega floral. Como cuando a los que no leían tan bien los sentaban atrás del todo en el aula, que costaba más enseñarlos.
Y sobre todo, como cuando llegaron las manos locas al colegio. Y trajeron la revolución. Y sor Inés y sus secuaces, hábito al viento, corrían tras las revuelta popular, tratando de hacerse con las manos locas que tanta marca dejaban en los cristales, y romperlas henchidas de furia ante los ojos de sus legítimos dueños. Pero no hubo forma. La revuelta duró mucho, ya que como toda revuelta de éxito, había conseguido unir a ricos y pobres, tontos y listos, traviesos y obedientes. El poder de la mano loca era mucho.


Antes de acabar ese curso, le dije a mi madre que me llevara a un cole "como el de antes". "Pero si te llevo a un cole como el de antes, ten en cuenta que vas a entrar y no vas a tener amiguitos, ya no vas a estar con tus amigas de aquí", replicó ella. "No importa -contesté yo-, cuando entré en este, tampoco las tenía".

Y así fue como nuestra protagonista pasó un año de su vida, el único, en trato directo con el clero. Me despido pues con una de las conversaciones más gloriosas que recuerdo ahora, tantos años después, en la que con toda la inocencia de mis seis años de edad y mi baby de cuadritos, le pregunte a una monja si estaba casada.
-Hmmm... s,sí.. claro... ¡yo estoy casada con Dios!
-(...)
-(...)
-¿Y no tienen ustedes hijos? -inquirí, mientras mi madre me tiraba de la manga.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Spain is different

... rezaba aquel eslogan turístico de años ha que caló hondo en el idiolecto social, como el cobarrrde de la pradera o el un poquito de por favor. Pero es que no resultaba ser un reclamo para la neocolonización de islas y costas por parte de bwanas del siglo XX en sandalias y calcetines, sino que era una mera constatación de lo que el tiempo pondría de manifiesto.

España está patas arriba, señores. Desconosía. Marcando el swing rompedor en la europeidad y alrededores. Sólo aquí podía ocurrir que el PP, el partido más "liberal" y neocon de este lado de los Pirineos, ande pidiendo insistentemente la intervención del Estado en lo que es una negociación entre empresas. ¡¡Cobarrde de la pradera, impide esa operación, yo te maldigo por la gllllloria de tu madre!! Y sólo aquí podía pasar el PSOE, el partido socialista obrero español, responda que ellos no se van a meter en cuestiones de libre mercado (un poquito de por favor...). Parece ser que sólo Miguel Sebastián, ministro de Industria, aporta un granito de comportamiento esperable invitando al PP a reflexionar sobre lo mucho que podría hacer ahora el gobierno, de no haber privatizado el PP Repsol allá por entonces. ¡Ah, aquellos maravillosos años!

Pero desde que ETA va en bicicleta y los señores que más ensalzan la independencia de Euskal Herria se llaman Francisco Javier López Peña, ya en este país hemos perdido los referentes. Andamos por ahí como vaca sin cencerro, que decía Almodóvar en una de sus películas. Cualquier día de estos, los gibraltareños (los Paul Rodríguez de la Gran Bretaña) nos sorprenderán con que quieren anexionarse a Palencia.

Y es que, como decía aquel correo que circulaba por Internet cuando la movida de Irak, "uno sabe que el mundo se ha vuelto loco cuando el mejor rapero del mundo es blanco, el mejor golfista del mundo es negro, unos suizos ganan la Copa América de vela, Francia acusa a Estados Unidos de arrogante y Alemania no quiere ir a la guerra".

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Colaboraciones II

Me ha sido enviado este vídeo.

Después de proceder al minucionso análisis del mismo, supongo que es merecedor de exposición pública. Aquí se lo dejo. Lo cierto es que tiene imágenes que no se pagan con dinero. Eso sí: no se olviden de encender los altavoces.

Momento cumbre (a mi juicio): la secuencia de 4:20 a 4:23. Y sugus de piña para quien identifique el punto exacto en que aparece Manuel Luque.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Monarquía cumplidora

El príncipe Carlos de Inglaterra ha cumplido 60 años. Joé, cumplir 60 años y que te sigan llamando "príncipe" debe de ser como el "Julita" que le dirigen a mi madre a sus 58.
Pero es que la carasota no se muere nunca (hablo de Isabel, no de Julita). El tío toda la vida ahí pegado al trono y la vieja que no las palma ni p'atrás. ¡Y mira que él lo ha intentado! Contrató a un travesti con el que salir en la prensa poniéndole los cuernos a Diana, colocó el periódico con la foto de su hijo pequeño vestido de nazi junto al cetro... ¡hasta se casó con el travesti hace unos años! Pero nada: no hay sobresalto que pueda con la vieja.

Así que el muchacho mata el rato como puede. "Dedica la mayor parte de su tiempo a actividades relacionadas con la Naturaleza", afirmaban en el clip televisivo que le dedicaba Anne Igartiburu por su aniversario. Imagino que se referían a la caza del zorro.

"¡Nada me sale bien!", pensará Carlos bajo la llovizna británica, golpeando alguna chinita del suelo con su palo de criquet. "Y encima, seguro que no me queda ni jubilación". Pero como las penas con pan son menos penas, se fue a celebrar su cumple con Mr. Bean y con uno de los Monty Phyton. Ya los estoy viendo, a las cuatro de la mañana, totalmente borrachos, subidos en la verja de Buckingham Palace frente al balcón de la carasota y cantando: Aaaaalways look on the briiiight side of liiiife...

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Somos Extremadura

La Junta de Extremadura ha sacado un anuncio a lo Teruel también existe que anda pululando por las calles, las ondas y los cables, sólo que este versa más bien sobre el orgullo de ser extremeño. Así, el baloncestista Calderón, un tal Alberto Amarilla que al parecer es actor, una tal Soraya que al parecer es triunfita, y la showman (es que si pongo "showgirl" suena raro) Berta Collado, entre otros, hablan de las bondades de esa su tierra, y comentan que "invertir en ciencia es ponerle cara a cada una de las personas que algún día se beneficiarán de los avances de una sociedad moderna" (sic). El caso de Berta Collado es especialmente interesante porque debió de nacer en la época en que Talavera de la Reina se encontraba dentro de los confines de la tierra de los conquistadores.

El caso es que a mí no me queda muy claro qué anuncian, que diría mi madre. ¿Es un reclamo para hacer regresar en masa al éxodo castúo, y que los barrios madrileños de Usera y Carabanchel se queden desiertos? ¿O una respuesta a la sugerencia de apadrinamiento de niños extremeños catalana? ¿Es una amenaza de huelga de estos célebres personajes, si no instalan los platós en su terruño natal? "Seguro que las cosas pueden ser inmensas y la riqueza infinita, pero yo me quedo con el equilibrio entre la tradición y la modernidad, con el cariño de la gente, con la pasión que pones en la vida día a día... todo eso es lo que nos hace diferentes, somos Extremadura", dice en su sketch la presentadora Raquel Sánchez Silva. Pues mucho del todo no debe de quedarse, habiendo salido por patas de la tele placentina.

Hago desde aquí un llamamiento a los eventuales lectores extremeños que anden en estos momentos paseando por La Tremolina, para que nos expliquen a los pobres consumidores qué se espera de nosotros ante semejante publicidad. Yo no sé muy bien si es que me tengo que operar en Badajoz, o ir dando besos por la Gran Vía.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Esperanza sólo quiere bailar cha-chá-chá

Amigos: ha llegado el momento de darles una noticia. Una noticia que supone el fin de toda concepción previa de mi persona que ustedes tuvieran, y la instauración en su lugar de una imagen más elevada, más respetada, más ilustrada de esta que soy yo.

El viernes que viene vuelvo al cole.

Sí. En mi afán de adquirir más y más sapiencia, me he dejado tentar por antiguos anhelos y me he inscrito en un curso de saber mucho en la universidá*. Se va a enterar ahora el cubano parlante ese de la Filmoteca de lo que vale un peine.

Pues bien, la pasada semana me dirigí rauda y veloz a escribir mis apellidos en el recuadrito que a tal efecto dejan las fichas del banco Santander y que me garantizan un futurible nombre en el Café Gijón, cuando me percaté de que los precios del citado curso de saber mucho se habían incrementado, del año pasado a este, en un 50%. "Hostiascruz", me dije, "a ver si me he equivocado al marcar el nivel de sapiencia"
-No, no, el precio está bien.
-[Glumpf]... y... ¿y no hay becas, o argo? Aaaaanda, que soy paraaaada, que tengo cinco churumbeeeele...
-No, no las hay. Hasta ahora, las ha habido, pero como han metido semejante tijeretazo a la universidad, pues las han quitado de enmedio.
Ni pa becas, ni pa libros de las bibliotecas, ni pa nóminas. En la universidad, no hay dinero pa ná. Y es que el saber sí ocupa lugar, deduzco. Hectáreas y hectáreas de terreno al lado de El Pardo que podían usarse pa extender los chaletes de donde vive la Preysler.

Esta Esperanza, presidenta de la Comunidad de Madrid, sólo quiere bailar cha-chá-chá, concluyo, como decía la canción. E irse de guateques y privatizaciones. Y de esas sus labores sólo la distrae morderle los ojos a Gallardón cuando se presenta la ocasión. ¿Que no quieres hombres-anuncio? Pues toma invasión de competencias. Se pasan la vida de calvario conyugal, estos dos, son los Pimpinela de la política. -¿Quién eeees? - Soy yoooo -¿Qué vienes a buscaaar? -El centroooo -Ya es tardeee -¿Por quéee? -Porque ahora soy yo la que está en el PP bien adentroooo; por eso veeete...

Y entre mandoble va, mandoble viene, pues los ciudadanos de a pie de este mi Madrí nos agarramos los machos y esquivamos misas de doce. Y algunos, con mayor iniciativa, andan intentando localizar el teléfono de los Miami, que quieren enviarles saludos a Tamayo y Sáez.

___________________________


*Sé lo que están pensando. Sé que están pensando que cómo pienso comer entretanto, y se mueren de ganas de soltarlo para aguarme la fiesta. Ay, si la envidia fuera tiña... Pero no se molesten, ahórrense el revolcón sintáctico ese con el que ya se están relamiendo, porque han de saber que también a este respecto he estado realizando avances de los que les haré partícipes próximamente. Y muy cercanos al summum laboral que en su momento ya cité. ¡Já!

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Obá, obá, obá

Hussein ha vuelto al poder. Los periódicos de hoy mostraban en portada al nuevo presidente del mundo, Barack H. Obama (a excepción de La Razón, que sacaba una foto con un montón de gente bajo el título "El Rey visita esta casa", o algo así).
Barack Obama es un señor que aparenta tener veinte años menos de los que tiene y que se va a comer a Bush por una pata. Rectifico: a Bush se lo ha comido ya. O al menos lo mantiene exiliado en su rancho tejano. "Tú de aquí hoy no salgas que estoy viendo a unos con una caperuza negra y antorchas en la puerta", le dijo anoche Laura. Y ahí está el hombre. Llamando por teléfono a Omar Bin Laden pa que le explique cómo se hace eso del asilo.

El caso es que la Tierra y sus referentes van a cambiar, sí. Ya están cambiando. Ayer, al 90% de los españoles se les aparecía una cheerleader obesa con pompones y los labios pintados de rosa brillante al pensar en un estadounidense. Hoy, al 90% de los españoles se les aparece un activista pacifista anti-Vietnam vestido de hippy al pensar en un estadounidense. Así que sí: los cambios ya están en marcha.
Además de en el ideario popular, las cosas también cambiarán en el ideario patriótico. La música típicamente estadounidense dejará de ser el country y sonarán los Jackson Five en las recepciones de Estado. Y el próximo plan de paz para Oriente Medio probablemente sean los Acuerdos de Harlem.

Nosotros también queremos hablar con el negro, como Chávez. O más bien, queremos que el negro quiera hablar con nosotros. Supongo que será el caso, habida cuenta de que Obama sacó a Zapatero a pasear en uno de sus últimos debates con McCain, el rey de la patata ultracongelada. Así que, cuando venga, habrá que agasajarlo por todo lo alto, que hace mucho que no vienen los Estados Unidos de América a vernos, y que se vaya contento, y diga allí en su pueblo que lo han tratado muy bien y que somos muy majos y que nos inviten a las cumbres económicas.
Sólo espero que la paga de los domingos que se ha ahorrado Esperanza en la universidad no la invierta en vestir a La Gran Vía de pueblo andaluz. Berlanga ya demostró que no da resultado.

lunes, 3 de noviembre de 2008

¿A quién vais a votar?

Las elecciones son ya pasado mañana y yo no sé si tengo claro a quién voy a votar. Y tengo que decidirme: estas elecciones son primordiales y es importante participar en ellas.
Porque supongo que es por eso por lo que las distintas televisiones, radios y prensas nos han estado informando al detalle hasta de la evolución del pelo enquistado que le ha salido a McCain en la fosa nasal derecha. Porque los españoles también votamos en estas elecciones estadounidenses, ¿no?
Conozco al dedillo el fondo de armario de Joe el Fontanero, los títulos de Miss Simpatía de la Palin, los títulos de Miss Picadero de la hija de la Palin y los posibles nombres de pila de la venidera nieta de la Palin. También conozco a los parientes transoceánicos de Obama y los precios de sus 30 minutos de fama multicanal. De todo ello se han encargado los medios de divulgación de este nuestro país. Porque, lógicamente, es importante conocer bien a los aspirantes antes de concederle a uno o a otro la gracia del voto.

En fin. Que no sé a quién votar. Me pregunto a quién votarán otros españoles, otros españoles más Grandes, que puedan guiarme sobre la contienda electoral. ¿A quién votará la Reina Sofía? A los 70 años de edad, se tiene una experiencia digna de ser tenida en cuenta. Ya se lo comentó a Pili Urbano. Que no estaba bien quitar de enmedio a Felipe y a Suárez tan pronto. Hm. Felipe y Suárez. Probablemente ella vote a Obama. Aunque es posible que este acabe saliendo en cabalgata con caballeros contratados socialmente entre sí, y esto no le gusta. Hm. Probablemente Sofía vote a McCain.

Qué jaleo. Ay, no sé a quién votar. ¿Lo de Paris Hilton irá en serio?

martes, 28 de octubre de 2008

Falete en Húsavík

Mi amiga Amber, natural de Holanda, a la que os presento desde estas líneas, ha estado estos días por Madrid. Y entre tacita de té y saquito de pipas, me ha relatado al respecto de sus vacaciones en Islandia.

Se fue para allá con la intención de realizar una ruta a caballo desde un sitio del norte hasta un sitio del sur, y entre tanto, decidió pasar un día en la localidad costera de Húsavík, famosa, al parecer, por el avistamiento de ballenas (hay holandeses que se van a ver pájaros a Extremadura, y hay holandeses que se van a ver ballenas a Islandia).

Amber llegó a su hotelito a media mañana y, tras dejar la maleta, salió a la calle a ver ballenas.
Como no las veía bien, cogió un barco de ver ballenas.
Al fin consiguió ver la cola de una a lo lejos.
Volvió a tierra firme, y optó por explorar la ya mentada ciudad de Húsavík, una de las principales del país, con sus 2.296 habitantes censados en 2006 (estimo que con las últimas vicisitudes padecidas por el país, quedarán un 296).
Amber visitó la ciudad.
15 minutos después y una vez visitada la ciudad, Amber visitó el Museo de la Ballena.
Amber volvió a visitar la ciudad.
Amber, en ausencia de absolutamente nada mejor ni peor que hacer, decide visitar el Museo del Pene. Y aquí es donde me voy al punto y aparte.

Al parecer, el Museo del Pene de Islandia (The Icelandic Phallological Museum) contiene un ejemplar de cada mamífero que habita en la isla y alrededores. Esto incluye, lógicamente, penes de ballena (de algo más de un metro de longitud, para curiosos) y -no podía ser menos, siendo estas gentes del Norte de Europa-, incluye también a Jimmy.
Según la información proporcionada por Amber, Jimmy es el pene de un donante humano, parece ser que el de un caballero de 93 años de edad que es además fundador del museo y que quiere predicar con el ejemplo. Aunque eso sí: post-mortem, así que (para curiosos) aún no está expuesto. Lo único que hay expuesto es un certificado de la esposa del citado caballero a la que al parecer pertenece el pene (¿?), certificando que el aparato se encuentra en perfecto estado y expresando su conformidad para entregarlo al mundo de la cultura.
También parece ser que se admiten donativos, porque junto al certificado de Jimmy hay otros dos de otros dos caballeros (o sus esposas), también esperando a que el portador la palme y puedan por fin ser admirados en sus urnitas de cristal. Uno de ellos, de un estadounidense, por cierto. Quizá se trate de algún intercambio en potencia con el MOMA.

Eso sí: el museo tampoco debe de contar con demasiadas obras, porque a las 8 de la tarde, y después de haber cenado (y visitado la ciudad de nuevo), Amber ya estaba en la cama de su hotelito provincial, lista para proceder al sueño (a falta de nada mejor o peor que hacer).

________________________________________

Información práctica:
Una vez investigado el asunto a conciencia, sólo puedo decir que el nombre oficial del museo en castellano es "La Faloteca Islandesa". Y podéis entrar hasta el fondo pinchando aquí.
Observe el curioso lector que el castellano es la primera lengua que aparece en su web. Ay, criaturas.

miércoles, 22 de octubre de 2008

A hostias

Esta tarde me ha contado la tele que un chino se ha cargado a una china y al individuo que ésta portaba en el útero, erigiéndola así en Víctima Número 53 de la Violencia Machista.

Está la cosa pa pocas bromas. Yo no sé si es que antes no se nos cargaban tanto, o es que simplemente lo del cachete / tortazo era normal y esperable (para el aprendizaje sobre comportamientos del ser humano español del último siglo, recomiendo Usos amorosos de la posguerra española, de Carmen Martín Gaite). El caso es que ahora, tanta bajada de azúcar, tanto no si se llevaban muy bien así que no sabemos que le habrá pasado a este hombre, tantos 15 minutos de fama a base de cargarse a la parienta... al final una se acojona.

Miro por el rabillo del ojo al que me acompaña. Se rasca la barriga mientras intenta pasar de la tercera página de Fundamentos del Marketing. No: un hombre que baja la tapa del water por propia iniciativa no puede ser malo. Además, para cargarse a alguien hace falta una cierta hiperactividad y nada más lejos de la realidad de mi hombre, que saca brillo diariamente a su certificado dudeísta.

Pero el caso es que parece ser que no todas tienen esa suerte. Y no hace falta ser pobre ni tonto ni feo ni ignorante: me sulivella hasta la glotis el que piensa que cuando una aguanta un guantazo es porque quiere. No, my friend: cuando una aguanta un guantazo es porque no se da ni cuenta, es porque el proceso de desgaste previo ha sido tan exhaustivo que del guantazo ya ni se percata. Es porque ya está acostumbrada a que haya excusa para todo, y hace ya mucho que esa persona dejó de ser esa persona.

Lo bueno es que es este un campo en el que el país demuestra una gran solidaridad para con los pueblos del mundo. Aquí fallecen españolas, rumanas, chinas, brasileñas, colombianas y etcéteras, sin discriminación por razones de sexo, raza o religión.

domingo, 19 de octubre de 2008

Universos paralelos

Tengo una vecina que, en el año 73, decidió subir al Mercado de los Mostenses en camisón y gritar que Carrillo y ella iban a arreglar el mundo (el lector fiel ya lo sabe: habito yo en una comunidad de vecinos salerosa y pizpireta como ella sola).

Hacía ya mucho que no se sabía gran cosa de Inés -lo que viene a significar que se había casado y no había vuelto a pasearse por los comercios de la zona con fines revolucionarios-. Pero el otro día llamaron a la puerta de mi semiabuela, que vive en la planta de arriba.
-Buenos días. ¿Ha venido el Príncipe?
-(...). Hmmnno, no ha venido.
-Ah. Pues es que hemos quedado aquí, y no sabía si habría venido ya. ¿Sabe si va a venir?
-Hmmmpues no, no creo que venga.
-Ah. Gracias.
Mi semiabuela cerró la puerta y observó por la mirilla. Inés, que al parecer se había vuelto monárquica, llamó a las tres puertas restantes, antes de volver a llamar a la de mi semiabuela y de nuevo a las otras tres.

Una de las vecinas de mi semiabuela, al volver a abrir, le barruntó que como siguiera molestando y llamando a la puerta, iba a llamar ella a la policía. Inés se marchó escaleras abajo, a mi planta, que es donde vivía antaño y donde sigue viviendo su madre, y mi semiabuela decidió contarle a esa vecina las vicisitudes relativas al sistema neurologicopsiquiátrico de Inés, que, al parecer, había vuelto a ser visitada por un brote raruno de esos suyos, después de tanto tiempo.
Pero a la vecina debe de ser que la familia real no le cae bien, porque barruntó de nuevo que a ella le daba igual lo que le pasara: como volviera a molestar, llamaba a la policía.

Cómo cambian los tiempos. De los Mostenses, se la trajeron de vuelta a casa los vecinos, antes de que la policía apareciera sin que nadie tuviera que llamarla. Pero hoy en día no anda la sociedad para imaginaciones paralelas.

jueves, 9 de octubre de 2008

Deltagen

Una amiga mía originaria de México que en estos momentos se halla de vacaciones por este nuestro país y cuyo nombre omitiré a fin de que el grupo de los Forbes de México no la enlate y aparezca un día allá en el campo grande allá donde vivía, decía, esta amiga mía mexicana me ha hablado del Deltagen.

Y yo me he quedado loca.

Resulta que llamemosla equis ha trabajado cierto tiempo en una industria alimentaria (que la llaman). Y me ha hecho conocedora del hecho de que cuando uno come carne de esta fría que se vende envasada no es carne lo que come, sino Deltagen. Cierto que todos lo sospechábamos, pero nadie había sido tan cruel de presentarmelo con nombre y apellido.

Parece ser este un invento que adquiere la forma de lo que toca. Como el Terminator, pero en polvo. Entonces uno coge un trocito pequeño de la carne que quiera crear, le añade agua, le pone de Deltagen hasta las orejas... ¡¡¡y el Deltagen va cogiendo la forma de la carne!!!. Preguntada si tiene algún tipo de efecto nocivo, ella respondió que "no, bah, apenas cáncer".

Si queda alguno de ustedes leyendo y no se ha marchado aún a Majaelrayo a criar cabras, le diré que lo mismo sucede con el pan de molde (ella citó una bimborosa marca que yo me abstandré de mentar). La masa del pan de molde se mete en el molde, ocupando cosa de 1 cm de altura. Este preparado se introduce en el horno, y al salir tiene el tamaño que conocemos normalmente. Esto se logra gracias a una enzima de no sé qué que obra el milagro.

Yo, desde ese día, huelga decir que me alimento de las hojas del amor de hombre y la aloe vera que tengo en la ventana.
Pero creo que así no se soluciona el problema. Debería tomar parte más activa, y empezar a asesinar a todos los ingenieros alimentarios / bioquímicos con los que tropiece.

Propongo quedada el lunes en su facultad.

________________________________________

Fé de erratas:
Mermadas mis facultades de comprensión por la gravedad del asunto, se ve que no me quede bien con el nombre del producto. Me informa mi amiga equis de que no se llama "Deltagen" el elixir milagroso, sino "Deltagel".
Y eso que suena incluso peor.

miércoles, 8 de octubre de 2008

El astrolabio de Livingstone

Amigos:

Vengo a deciros que estoy viva. Y vengo a deciros que estoy, de hecho, muy viva. Han sido 16 días de tumbos por la parte de los malos de la antigua Yugoslavia: Serbia (+ Kosovo) y Montenegro, con aderezo de Macedonia y una cucharadita de Bulgaria, salpimentado con Hungría.

He venido con muchas ganas de darle a la tecla hasta que se borre incluso la letra X. Pero en el último minuto me he dicho eh quietoparao. Y es que, ¡ah, amigos!: yo ya tengo un nivel como para saber diferenciar un bló de un friquibló*. Y yo me he dicho: "vamos a ver: si vas a escribir tol rato de lo mismo esto es de cosas del viajar, ¡eso ya no es un tremolina! ¡eso es una tremolina especializada! (iba a escribir "monotemática" pero en el último instante me he percatado de que ese vocablo no vende tan bien). Así que he identificado lo que sin duda es un momento de oro para ir escalando peldaños hacia el cielo binario, y he procedido a inaugurar


El astrolabio de Livingstone


que encuentran ustedes a la izquierda de sus pantallas. Tiene por objeto concentrar las impresiones de viaje que andan desperdigadas por fotos, mails y notas, empezando, como es lógico, por el más fresco.

La Tremolina seguirá siendo la niña bonita. Es mi criaturita, mi bebé que llora a las cinco de la mañana, la que me regala alegrías cada vez que espeta "se debe moderar 1 comentario".
El astrolabio, para todo aquél que guste de relatos de viaje, con un carácter más o menos práctico según el párrafo.
La Tremo, para todo éste que siga persigiendo el nirvana a base de escaquear minutos de trabajo a su jefe.



*conocimiento patrocinado por mi amigo Sebas

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Antes escándalo público que morir de rodillas

Hoy no ha sido un tren de la renfe lo que se me ha aparecido al cruzar la calle, sino un culo. Concretamente, el mío, a los tres años de edad, recuerdo patrocinado por una nena subida a una suerte de 4x4 que se movía al ritmo de una terrible musiquilla de máquina tragaperras adapatada a la infancia.

Cuando yo tenía unos tres años, estuve malita de vete tú a saber qué. El caso es que mi madre, los lunes, al recogerme del cole, tomaba un autobús diferente del habitual. Al irnos aproximando a la Puerta de Toledo, yo ya intuía que algo desagradable iba a pasar, como los perrillos cuando doblan la esquina camino del veterinario y de pronto se percatan y empiezan a tirar p'atrás como diciendo "¡¡hostia tú, el tostadero!!". Yo ya intuía que algo desagradable iba a pasar, concretamente, que debía de ser lunes y se ceñía sobre mí la sombra del enorme señor de bata blanca que puntualmente me obsequiba con la jeringuilla más grande que el ojo humano hubiera visto en pleno moflete del culo.

Para paliar la pena y que se me secaran los lagrimones que me corrían hasta los sobacos, mi madre intentaba acto seguido comprar mi contento de modo vil, con la alegría en forma de caballito trotante que, a cambio de una moneda de 25 pesetas (que ya era dinero entonces, joé con el jamelgo) te dejaba subirte encima y acariciarle las orejas mientras ibas parriba y pabajo el minuto escaso que duraba el rodeo.

Pero nadie contaba con la astucia, la audacia y la sagacidad que anidaban en lo más recóndito de ese culo en pompa. Y un día, aprovechando un descuido del señor de bata blanca que contaba ya por inercia con el conformismo que me atribuía, nuestra amiga decidió dar el golpe. "Antes ser detenida por escándalo público que morir de rodillas", debí de pensar. Y, sin pensarmelo ni media, me escabullí de las rodillas del matasanos, esquivé las pantorrilas con las que tropecé en la sala de espera, vencí de un salto el escalón de la puerta, y eché a correr calle Toledo abajo, en culo, como jamás nadie vio correr antes a este lado del Manzanares.

Yo corría y corría, mientras detrás, a lo lejos, veía por el rabillo del ojo a mi madre echando el bazo también tras de mí, "¡¡tremolina, tremolina, vuelve aquí ahora mismo!!", agitando en la mano mis bragas mientras sorteaba abuelas y carritos de la compra.

No recuerdo qué paso después. No recuedo cómo se produjo la caza. Supongo que mi memoria ha preferido obviarlo, y quedarse con el heroico gesto de sublevación contra el antibiótico opresor.

Y a La Tremolina le surge una vicisitud, una vez saturada la mochila de polares, botas y sudaderas...


...¿habrá veranillo de San Miguel en los Balcanes?

sábado, 13 de septiembre de 2008

Djordje cuenta a ti cosas más interesantes que cosas en papeles

Estimados feligreses buscadores del nirvana literario:

No tengo palabras. No tengo palabras. Lo que sí tengo es mucho morro. Y algo de desidia, con una cucharadita de café de incertidumbre (pero buena).

Resulta que La Tremolina se ha erigido en desempleada premeditada. Quiere esto decir que estoy en la puta calle, principalmente. Después de algunas semanas de pensar y repensar y decidir que lo mejor era volver a pensar, macerándose así la fantasiosa idea, llegué una mañana a mi oficina, entré en el despacho de mi Señor Jefe, y le dije: "caballero, que venía yo a decirle que me retiro". "Pero, ¿tú sabes lo que quieres ser de mayor?" respondió él, entre otras diversas cosas. "Sí, por supuesto. Yo de mayor quiero ser mantenida. Pero entretanto, veremos a ver cómo me saco las castañas del fuego" -pensé yo así pa mí.

Desde entonces, el cerebelo se me ha ido llenando de pop-ups que ando minimizando hasta que alguno se quede al final. "Volver a hacerme autónoma"> minimizar. "Buscar trabajo en algo de escribir"> juuuuuuuuuuuaaaaaaaaaaaasssssssssssss minimizar. "Darte con ahínco al estudio de la historia contemporánea"> hmmmm... minimizar. "Volver al redil, cortarte el pelo y buscarte un trabajo que dé pa pagar una hipoteca"> psch, minimizar. "Aprender a tocar la flauta, vestirte de jipi y recorrer la geografía española"> minimizar.

Entretanto, he decidido irme de vacaciones, para celebrarlo. Y volver a las andadas con ello: me voy a ver serbios. Con el que me acompaña, que es un inocente y cuando me dijo que se venía yo pa mí que es que confundió Balcanes con Bretaña o algo así, y ya le veo a la vuelta contandole a las gentes que los galeses tienen un acento muy fuerte. Pero yo por si acaso, callada como una puta.

En fin. Quiere esto decir que próximamente La Tremolina sufrirá en silencio sus hemorroides por espacio aproximado de 15 días, en los que, por cierto, desentrañando desentrañando el itinerario mapa en ristre, al final parece ser que pisaremos un total de 6 países y medio, cual japoneses ávidos de kilomatraje. Pero es que es este nuestro reino tan vasto y fermoso que se nos hace raruno cuando otros reinos tienen en total en todo su ser la población de Valladolid (si llega).

No quisiera despedirme hoy sin relatarles mi recién estrenada amistad con Djordje. Sucede que, en mi bucólico pensar, me dio por llamar a la Embajada de Serbia para preguntar si tenían departamento de turismo.
-Zrdaviohjf hvraltj Srbija, djvbibh vnvn sprska 1, Bienevenido a la Embajada de Serbia, para ser atendido en español, pulse 2.
-2
-Para atención de visados, pulse 1. Para atención sobre exilio, pulse 2. Para cuestiones políticas, pulse 3. Para prensa y cultura, pulse 4.
-(... ... ¿prensa y cultura?... ...) 4
-Embajada de la República Serbia, buenos días.
-¡Buenos días! Verá, es que me marcho de vacaciones a Serbia y quería saber si tienen ustedes departamento de turismo, o quizá algún folleto, mapas...
-...
-...
-... ¿Usted va Serbia? ¿Usted periodista?
-¡No, no! ¡Voy de vacaciones! [si aquí le ponéis el tono Torrente, es tal y como me sentía en ese momento]
-(...) No, no tenemos departamento de Turismo. Pero yo conozco bien Serbia, usted viene aquí un día, usted llama y pregunta Djordje, hacemos una cita, Djorjde cuanta a ti cosas más interesantes que cosas en papeles.

Estoy convencida de que, tras colgar el teléfono, salió corriendo escaleras abajo por la embajada, emoción mediante, gritando: "¡¡¡hay una tía que se va de vacaciones a Serbia!!! ¡¡Nos ha llamado una tía que se quiere ir de vacaciones!!".

Así que ayer fui a mi cita con Djordje, que me contó la Historia completa de las tierras que ocupan ("y vienen los serbios, y entonces vienen los turcos, y luego vienen los serbios, y otra vez vienen los turcos, y luego vuleven los serbios..."), y me habló de valles, monasterios y carreteras a lo largo y ancho del país. Dejó patente su estatus diplomático en cuanto le menté Kosovo, y me dio las gracias por interesarme por su país y sus gentes, amén de su tarjeta, en la que se lee "Ministro Consejero".

A qué tanto preocuparse por qué será de mí cuando me entre hambre. ¡Si vuelvo a codearme con las altas esferas de la intelectualidá!

jueves, 28 de agosto de 2008

Su opinión es la que cuenta

Avezados lectores:

Se habrán percatado ya (porque sé que ya nadie utiliza el guguelrríder) de que figura una nueva encuesta referente a La Tremolina a la izquierda de sus pantallas. Bien, de cara a mi inminente salto al estrellato (es decir, a darme la gran hostia), es conveniente para mí y mi agente conocer los principales canales por los que la masa llega a este espacio de ocio y cultura (el B2B2C, que llaman los hombres de empresa de mundo).

Pueden ustedes satisfacernos con su opinión hasta el día 7 de septiembre a las 12:30 (que es la hora del bocadillo). SACAU, MAMÁ: no vale votar dos veces.

En fin, ahí les dejo, para que se sientan importantes y participativos en este mondo modernno de museos interactivos y mensajes al 7745.

domingo, 24 de agosto de 2008

Eric Moussambani

Muy buenas.

Sí, soy una desvergonzada. Hace ya unos días que regresé de mi segundo retiro espiritual a la ya mentada playa levantina de referencia, y no me he dignado aparecer por aquí para enseñarles a ustedes la pertinente ristra de fotos de las vacaciones ("y esta soy yo sentada en una roca", "y esta soy yo sentada en una roca con el rostro ligeramente ladeado en dirección sur-sureste", etc).

Pero es que mi intelecto, necesitado de un orden y un concierto, no ha parado de recibir estímulos sobre los que meditar y obtener sapiencia. Y me he pasado un montón de días con los estímulos por ahí alborotados, hasta que ya se van cerrando etapas y puede una descansar en paz, con todo en su sitio. Por ejemplo: acaban de concluir las Olimpiadas Made in China, exportadas en grandes contenedores al puerto español TVE1. Y ahora ya puedo asimilar lo que ha ido ocurriendo en estos dieciséis días.

Todo empezó una tarde en que yo había quedado con mi amiga Irene para ir a beber zumo de sandía. Puse la tele un rato antes, y arrea: en la pantalla había un tío que corría por el espacio, lanzallamas en mano, tó oscuro.
"Esto va a ser cosa de los soviéticos. Han decidido lanzar al neo-gagarin, ahorrándose la cápsula". "¡Ah, estás viendo las olimpiadas!" dijo Irene al entrar en casa. Y ahí fue cuando empecé a recibir estímulos y ya no he parao hasta ahora.

Las Olimpiadas son una cosa en que los países del mundo mandan seis personas o seiscientas (facultativo) pa que corran y salten y naden y tiren objetos por los aires mientras los que se han quedado en los respectivos países se despierten muy prontito en pleno agosto y digan huuuuyyyyygasoooolll!!!! y sufran y padezcan como mi amigo Carlos, quien me acompañó en la primera etapa de este segundo retiro espiritual. Con ese homo baloncestis que es mi amigo Carlos he aprendido un montón de cosas, como que eh qué pasa eso son pasos estos cabrones que juegan según las reglas de la NBA y los árbitros se lo consienten a qué coño estamos jugando aquí.

Las Olimpiadas son también lo único, junto al certamen de Miss Universo, para lo que todos los países del mundo se ponen de acuerdo, y así puedes ser presidente de una bollante república europea y decir siempre la mierda los chinos qué hijoputas eso es un régimen dictatorial que reprime con dureza los derechos humanos y sin embargo pasearte por una alfombra roja que lleva derechita al Hu Jintao y darle la mano. Pero es que son Olimpiadas, y es una ocasión especial, como en las bodas de los pueblos: dale un cigarro al niño, que es la boda de su prima.

Las Olimpiadas son igualmente una cosa en la que una muchacha de 19 años puede pedir insistentemente que le metan un brazo que se le ha salido, o unos daneses pueden abordar (¿?) un barco croata porque se les ha roto el suyo. Desconozco si los daneses llevaban parche, y la suerte de los croatas. En las Olimpiadas puede pasar también que una señora le dé besos al suelo porque se despide de la competición tras informar de que "se va una estrella, soy una gimnasta única", o que la madre de un tipo que rema salga en la tele básicamente diciendo que bué, que sí, que bien, que la plata, pero que su hijo había venido a por el oro. Lo cual no sé si quiere decir que le quiten el oro al otro y se lo den a su hijo, o que qué decepción de hijo que tiene.

También he aprendido que para hacer vela tienes que tener un acento un poco particular, o que para jugar al baloncesto tienes que hacer gala de un mote algo ridículo: "Aíto" por Alejandro, "Rudy" por "Rodolfo", "Ricky" por "Ricardo"... La ventaja es que, si alguna vez les fuera mal en la disciplina, les espera una carrera prometedora como animadoras. Igualmente he reparado en unas señoras que bailan en el agua bocabajo y son capaces de dar volteretas en el aire impulsándose desde las profundidades. Y que dicen que no saben ir de compras porque no tienen desarrollados los músculos de andar.
De lo que deduzco que habitan en L'Oceanografic de Valencia y que, cuando no compiten, se ganan el pan dandole vueltas a una pelota con la puntita de la nariz.

En fin. Hoy se han acabado las Olimpiadas y ya puedo descansar. Ha ganado China. Consecuencia de un duro entrenamiento y un generoso sistema de recompensa por incentivos ("como no ganes, te ves con toda tu familia en el arrozal"). Dicen las lenguas que algunos árbitros han obrado de forma dudosa. ("Como no lo hagas, te bloqueo todas las exportaciones de componentes electrónicos al país").

Bueno, pues eso. Que los que han corrido y han saltado y han nadado un montón, se han llevado unas medallas del tipo de las que daban en mi barrio de pequeña, solo que en esas no pone "Campeón de Yudo - Parque de la Bombilla 1984". Que enhorabuena a los premiados, que tienen, efectivamente, gran mérito.
Pero yo me sigo quedando con el mérito de equivocarte por segunda olimpiada consecutiva al apretar el gatillo y disparar a la pared cuando eres el gran favorito del evento, o con el ya famoso, por los siglos de los siglos, nadador de Guinea Ecuatorial que casi se ahoga al tratar de cruzar la piscina en Sydney 2000. "Es que en mi país son más cortas", afirmó a los periodistas que aún no se habían ido a cenar cuando por fin consiguió llegar a la meta. En honor a él, decido que el título de esta crónica sea Eric Moussambani.

jueves, 7 de agosto de 2008

La República del Papel

Ayer, conminada como quien no quiere la cosa por un Tedio ya desatado, exaltado, un Tedio que campa a sus anchas cual Cid Campeador por mi puesto laboral a falta de un jefe que lo dome, un Tedio vestido de guiri floreao que está haciendo su agosto por estos lares como consecuncia de las vacaciones masivas del personal de la oficina, decía, en el día de ayer, conminada por este Tedio, me paseé, nadé, buceé, hice el muerto y recogí conchitas por el internet del mundo mundial.

Y no sé muy bien cómo, fui a parar a La República del Papel.

En La República del Papel, sita en Castellón (Castelló), vivían una vaca emo, el chino Xiao Xiao, Paco el esquín-jed y un general de las SS reconvertido no ya en curandero milagroso serbobosnio sino en rockero metalúrgico.

Comprendí que La República del Papel era un lugar al que de modo natural había de pertenecer un ser como yo. Que La República del Papel era la wikipedia y el Espasa y la Enciclopedia y el Érase una vez el hombre, todos juntos. Comprendí que La República del Papel era un lugar en el que se concentraba el saber y la cosmovisión y la comprensión del mundo.

Comprendí que La República del Papel era El Lugar al que acudir en busca de respuestas.

He aquí la luz:

http://republicadelpapel.blogspot.com/2008/08/psers.html


martes, 5 de agosto de 2008

Búsquedas

El Google Analytics ese que me presentaron hace un tiempo tiene más botoncitos y pestañitas de colorines que si le das te salen dibujitos y te cuenta cosas muy curiosas. Por ejemplo: he descubierto que en la esquina inferior derecha te dice cómo narices ha llegado la gente a La Tremolina, y una de las opciones, en concreto la que ahora mismo quiero compartir con ustedes, hace referencia a "Motores de Búsqueda".

Usease: que cuando uno pone en el gúguel "La Tremolina" y llega hasta este rinconcillo, se queda grabado y luego el Analytics este me pega a mí el chivatazo, así por lo bajinis.

Quiero compartir ahora con ustedes algunas de las búsquedas que los seres humanos han hecho en la barrita blanca, gracias a las cuales han ido a parar a esto que ustedes ahora leen.
No preocuparse, que el Analytics me dice el pecado, pero no el pecador ('cachis).

Las búsquedas más habituales, lógicamente, son aquellas en las que se pone "La Tremolina", "la tremolina", o "tremolina" a secas (para los amigos). Luego hay quien ha llegado hasta aquí con búsquedas como "que vuelvan los 80", "riau riau las vacas del pueblo" (de esto hay varias versiones) o "Abraham Martínez".

Pero sorprende, en el puesto número 6, la búsqueda "cuarentonas buenorras". Y sorprende más aún que de ahí se llegue a La Tremolina. Y más todavía, que alguien pinche en el enlace para, efectivamente, entrar en La Tremolina (ya que, de otro modo, no se queda registrado).

Existe también lo que podría denominarse la sección bricomanía, donde se archivarían las búsquedas "como hacer un peluquin", "con que se quitan las perrillas", "metodos para que una señora se enamore de uno", "que quiere decir ocurrio un hecho inverosimil", "como se puede volver a pegar los polvos sueltos" y un compilatorio "como se hacen las cosas"; y la sección preguntas sobre yo y el entorno y/o cuestiones de espiritualidad, a saber: "ques la infanci de que año a que año va", "como son las tias yugoslavas", "eslovenos y eslovacos", "eslovenia turismo sexual", "que es pipas, comida arabe", "que es un peluquin", "que era un horticultor", "que produce un horticultor" (observamos que el tema causa estragos), "que significa la palabra schatzing en aleman", "la profesion va por dentro o la procesion va por dentro" (esta cuestión despierta muchas dudas en diversos lectores, al parecer), "merto mas sercano a la calle condesa de venadito", "nevera autosuficiente", "analisis sociologico rastafaris", "creador pac man dijo colores", "dia internacional del horticultor", "existe otro puerto de santa maria en el mundo" y un sorprendente "tias con barba".

Ni que decir tiene que la cuestión del top-less ha traído cola (jé): "nudista", "top-less playa", y un lector que sabe muy bien lo que quiere: "torrevieja + tetas". Ni que, siendo como es un espacio del vivir popular, del día a día, no podían faltar las búsquedas relacionadas con los cánticos tradicionales del español de a pie, como "cancion que dice sorry im a lady", "fonetica de la cancion alf poier weil der mensch zählt", "pajaritos ha bailar cuando acaban de nacer", "toma tomate tomalo en ingles" o "viva franco que tiene el culo blanco"

Existen otras búsquedas dignas de aparecer en este epígrafe, pero que no sé cómo clasificar: "teoría multirracial" (¿?), "bola de cristal apología del alcohol", "futuro simple de subjuntivo", "gusiluz nasal", "collejas marroquíes", "entresijos gallinejas", "polla ex amigo paquirrin", "pollas alemanas sneider", "youtube perrea santa maria", "aviones accidentados deverda" y variaciones sobre la "pitufo cervesa", que, por el número de búsquedas, concluyo que es un asunto que tiene preocupada a gran parte de la internetidad.

Pero la mayor de las sorpresas consiste en constatar que, efectivamente, hay quien busca "cirio, incienso, costal y tambor guia de la semana santa". Si buscaba referencias, habrá sido sin duda la única búsqueda fructuosa, con la tontería.

viernes, 1 de agosto de 2008

Top-less

Debo advertir a la concurrencia de que me va a salir un artículo pelín picantón.

Por lo que recomiendo a los lectores de más estricta moral dejen de leer estos párrafos y se dediquen en su lugar a observar fijamente la fotografía de un inofensivo gato de tono canela que encontrarán a su izquierda, un poco más abajo. Durante los próximos dos minutos, aproximadamente.


Hace unos días estuve en la playa. En una playa levantina normal y corriente que si bien no es Benidorm ni Torrevieja ni Gandía, anda presentandose a oposiciones para lograrlo.
Qué quieren, señores. Después de casi dos años de perenne eclipse solar en mi destierro noreuropeo, yo volví convertida en una inusitada lopezvázquez ávida de perseguir suecos por las playas de Altea y, para sorpresa de propios y extraños, renegué de bosnios, croatas y serbios cuando, frente a un inmenso montón de pipas que me había servido para acompañar la ocasión, proclamé:

"Quiero irme de vacaciones a Oropesa del Mar -provincia de Castellón-"

Pues eso. Me fui para allá en pleno Puente de Santiago, Auto-Res mediante. Me hubiera ido en un 600, pero no tengo carné de conducir. Llegué allí a la 1 de la mañana.

A las 11:23 de la mañana del día siguiente me encontraba yo ya puesta y dispuesta a tomar posesión de mi cargo de bañista dominguera, hambrienta de sol en la testuz que derivara en potencial cáncer de piel.
-Máama, me voy a la playa
-¿Te has echado crema?
-Sí, me he echado crema. Una pregunta, máama: ¿a ti te molesta si me quito esto? (inquiero, mientras me señalo la parte superior del bikini)
-(...)
Mi progenitora trata de pensar rápido en los milisegundos que se dispensa a fin de que no se note que trata de pensar rápido. Yo sé muy bien (que por algo me ha parido) qué cruzada se está librando en su fuero interno. Mi madre es muy moderna para todo lo que no lleve la palabra "vecinos" del brazo. Pero si aparece esa palabra, le ataca el repelús. Es decir: yo podría irme a una playa nudista, posiblemente con ella, siempre y cuando fuera una playa a la que no acudieran los vecinos.
-(...)hhmmmmy si si te vas un poquito más para allá -risita semi nerviosa- bueno bah anda no total bah qué tontería pues si quieres quítatelo -mordida leve de labios, mirada furtiva hacia el suelo-.

Al final, decido quitarmelo un poquito más para allá. Total, qué más me da. Así que inicio un paseo por la orilla con el que me acompaña, y a una distancia prudencial pero no exacerbada, procedo a liberarme del símbolo del pundonor.

La hostia.

Juro que no es la primera vez que lo hacía. Yo ya llevaba unos cuantos años haciando la liberada de los 90. Pero también llevaba unos cuantos años (en concreto, tres) sin pisar una playa. Y aquí conviene indicar que la vicisitud principal consiste en que últimamente me he hecho mayor y esto se manifiesta en que me han crecido las tetas. Mucho. A estas alturas.

Me estoy acordando de todas y cada una de las veces que deseé, como buena adolescente que leía Ragazza, tener las tetas más grandes.
Error.
Las tetas duelen. Las tetas saltan y suben y bajan cuando andas y duelen. Y esto es algo de lo que a mí nadie me había advertido.

No las reconozco, no las reconozco. No son hijas mías. Se mueven de forma autónoma y no las reconozco. Y por más que yo trate de convencerme de que en realidad es una ilusión óptica, como lo del cuello de las palomas que lo cierto es que se mueven normal y es sólo que al ojo humano no se lo parece, no lo consigo. Y lo que es peor: no sabría cómo convencer a los demás bañistas, tampoco.

Qué vergüenza. Qué dolor. Qué todo. Yo quiero volver a estar plana. El que me acompaña me agarra la mano.
-Nunca más -le digo. Yo esto no lo hago nunca más. La próxima vez nos vamos a una playa de nudismo normal.
-Sí, hombre -responde. Para que el que se muera de vergüenza sea yo.

lunes, 28 de julio de 2008

Pipas

Eran las 22:14 de la cena cuando mi padre nos espetó que se había dado la vuelta al mundo en huevos fritos.
Él es así. Calculó el diámetro aproximado de un huevo frito, consideró los dos huevos fritos por noche que había ingerido en el periodo comprendido entre los 11 y los 29 años, y halló una cifra semejante o incluso ligeramente superior al Ecuador en todo su ser. Acto seguido, decidió informarnos.

Mi familia tiene estas particularidades gastronómicas. Mi madre bajaba corriendo a todo correr desde el cole, echando carreras con el autobús de línea, con la intención de ahorrarse el dinero que mi abuela le garantizaba para el billete e invertirlo en un fugaz coquito. Fugacidad esta acrecentada por el hecho de que, a fin de que su progenitora no se percatara de ninguna de estas circunstancias, había que asegurarse muy mucho de que la llegada al hogar se diera en el preciso momento en que se hubiera dado caso de haber tomado el autobús. Así que el coquito solía ingerirse a toda carrera, escaleras arriba.
Con lo que el coquito, según entraba, salía, probablemente.

Mi familia, hoy por hoy, ha evolucionado, y mi madre ya no toma coquitos, ni mi padre ingiere huevos fritos de forma compulsiva. Ambos toman droga. Como todos los demás.
Las cenas en mi casa han empezado tradicionalmente en algún momento comprendido entre las 22:11 y las 23:01 y se han compuesto de primero, segundo, postre y pipas. Las pipas son el elemento central en torno al cual la famiglia repasa el día y toma decisiones, amén de informar a los demás sobre temas trascendentales (pues me voy a ir a Alemania, pues me he hecho un tatuaje, pues me he dado la vuelta al mundo en huevos fritos...). Una cena sin pipas no se concibe, como otros no conciben la ingesta sin pan (elemento perfectamente prescindible para nosotros, por contra).
Las pipas han de ser siempre crudas: sin sal y sin tostar y sin chorradas semejantes. De las de los loros. De las difíciles de encontrar (¡cuántas veces no habremos acabado en el veterinario más cercano, comprando una bolsita con un papagayo dibujado en la solapa, a falta de algo mejor!).

Admitiendo lo evidente de esta adicción, en mi familia, que somos gente sincera que va de frente, hace ya muchos años que a las pipas dejamos de llamarlas "pipas" y le llamamos" la droga". "Tráete la droga, tú que vas a la cocina" o "¿has comprado droga?" son expresiones perfectamente habituales en mi hogar paternomaterno. El clímax a este respecto lo experimentamos un día de hace ya muchos años cuando, estando ya en la caja de un Pryca para pagar y siendo mi hermana y yo pequeñas, mi madre saltó, todo lo que de sí daban sus pulmones: "¡¡Ahí va, Antonio!! ¡¡Se nos ha olvidado la droga!!" y, sin percatarse de la cara de estupefacción de la cajera -como la adicta que es-, dijo: "¡¡un momento!! y salió corriendo pasillo arriba.

Hoy cada hija vive en un sitio, mis progenitores van y vienen, pero cuando las circunstancias lo propician y nos reunimos en torno a una mesa, las pipas siguen alzandose victoriosas entre nosotros. Y mientras las devoramos con una técnica perfecta adquirida a base de años de práctica y nuestro montón de cáscaras sube como la espuma ridiculizando al del invitado de turno, seguimos haciéndonos confidencias (pues hay un señor que me acompaña, pues el otro día vino la policía al bloque, pues me he dado la vuelta al mundo en huevos fritos...) como hiciéramos en tiempos.

martes, 15 de julio de 2008

Seis grados

Según la teoría de los seis grados de separación, Obama es primo mío. Bueno, a tanto no llegamos, pero sí hay una sola persona que nos separa. Eso de "hay uno que conozco yo que es marido de una que es prima de...". Pues ya ven. Un señor de oscura tez originario del otro lado del mundo, que habla por las teles y dice yes we can, que seguirá bombardeando o no a otros señores de tez no tan oscura, lo tengo ahí a la vuelta de la esquina.

Sin embargo, hay de quien no me separa ningún grado y me figura al otro lado del mundo. Ya no aparecen al doblar la esquina. Será eso que dicen de que vivir es mudar.

Me pregunto a veces que será de las uñas de mi carne. No es que haya tantas diseminadas por el mundo. Aunque quizá sea por eso que las puedo echar tanto en falta.
Las uñas de mi carne aparecen todavía a veces reflejadas en el espejo del baño, mientras me estoy depilando o lavando los dientes o fregando el lavabo, me trepan de repente por la espalda y entonces las veo ahí: a veces viene una, a veces es otra la que visita, reflejadas en el espejo del baño. Las uñas de mi carne se me asoman por el hombro y me saltan al lacrimal. Y ahí se me quedan instaladas unos segundos, justo hasta que empiezan a marcharse, arrastradas por la corriente que las lleva. Soy una sentimental.

Mi madre siempre dice que hice mal naciendo en pleno siglo veinte. Los de mi calaña pertenecemos más bien a algún decenio anterior. Anda preocupada la mujer, preguntándose qué coño pinto yo con un corazón en un hatillo paseándome tan ufana por entre las autopistas del XXI. Dice que a dónde se puede ir a estas alturas con el corazón en la mano. No valéis pa' ná.

Bueno, madre, no se preocupe. Últimamente he ido descubriendo que me hago mayor. Esto se manifiesta en un incipiente descolgamiento del culo de nigeriana que dios me ha dao, amén de tomar consciencia de partes del cuerpo que yo no sabía que existieran (ínfimos músculos que pellizcan, rayitas que impiden deslizar el ailáiner con facilidad, una inauguradora caries en mi hasta ahora inmaculada dentadura).
Pero se manifiesta asimismo en que son cada vez menos las uñas de mi carne que me acechan. O que se me quedan sentaditas en el hombro, a secas, bamboleando las patitas, mientras les cuento: "pues mira, aquí estoy, fregando el lavabo, que las tortugas lo han dejado hecho un asco qué coñazo de bichos blablablá" y luego ya pues se van, dando patadas a las piedras del camino por no haber podido hacer el funambulista un rato por las pestañas.

Imagino que es que la desidia también ha acabado cogiéndome a mí por banda a este respecto. O que, simplemente, me percato más de las uñas de mi carne que llevo puestas. Y las pinto, y las miro, y las exhibo ronroneante. Los viajes a Bosnia. Los viajes en metro. Las visitas a Holanda. Los satélites que unen Canadá, Suiza, Corea y Príncipe Pío.

miércoles, 9 de julio de 2008

Colleja

Ha llegado al artículo anterior (el Google Reader) un comentario de un lector anónimo que me exhorta a que me desnude y que aprecie en lo que vale el afectuoso beso que me hace llegar.

Hm. Bien, hasta aquí todo normal.

Pero lo que me regurgita sobremanera es la inclusión de la frase "[...] es usted un claro ejemplo de víctima de una sociedad consumidora de productos de cualquier índole, dando importancia sólo a la adquisición sin tener en cuenta la calidad del género"
Oiga, oiga, tío mohíno, ¿que está usté tratando de decir? ¿Cómo osa? ¿Acaso acusa deficencias en cuanto a la calidad que como producto pueda ostentar La Tremolina? ¡¡Eso no me lo dice usté en la calle!!
¡¡Mis gúguelrríders me joden el ego web acumulativoestadístico, pero en ningún momento habré podido dudar yo del análisis estricto e inexorable que todos y cada uno de ellos habrá acometido antes de darle al SuscribirseaEntradasAtom!!!

viernes, 4 de julio de 2008

El Google Reader

El Google Reader es una mierda.




El Google Reader saca las cosas en un formato que no son. Sin los cambios de última hora y el poner al artículo de largo, con sus fotos ya bien colocadas y sus puntos y aparte decentes. El Google Reader además no avisa de las novedades de la página, que procuro actualizar a la vez que las entradas -sirva como ejemplo el gato canela, que no figura en el artículo pero sí en los complementos de la izquierda.
Además, las gentes que leen del Google Reader no se cuentan en las estadísticas que dicen "el bló de la tremolina lo han leído hoy cinco", para goce y disfrute de su progenitora, que soy yo. Esto no hay ego que lo resista.


Mal, muy mal, los usuarios del Google Reader :-/.

jueves, 3 de julio de 2008

Verano Azul

Hay un señor en Internet que se ha comprado una bicicleta (http://alexliam.net/2008/07/01/esta-bici-me-la-habeis-pagado-vosotros/).
Esto sin duda se debe a que él tiene fieles como dios manda, y no unos lectores que lo despachan a uno en plena encuesta con que se corte el pelo y se busque un trabajo y que si Cáritas y leches. Así no vamos a ningún lado. Yo, por lo menos, que no tengo ni carné de conducir (a diferencia del ciclista arriba mentado). Serán ustedes seguramente de los que disfrutan del espectáculo callejero del saltimbanqui de la Plaza Mayor, pero al terminar y decir él muchas gracias, no le ha dado tiempo ni a terminar el -cias cuando ustedes ya han llegado al MacDonald's, huyendo de la consecuente propina. Hm.

En fin, despechos aparte, mis estimados súbditos, me veo hoy de nuevo comminada a proceder a la epístola por el tedio, que está aquí sentadito otra vez a mi vera, venga y dale pegándole a la ñ en el teclado y yo que no que te estés quieto que qué pesao joé con el puto tedio a ver si para quieto. Un sinvivir.


¡Estuve el fin de semana pasado en Barcelona! Fui, como ya ha apuntado Jafuda, a descubrir un asesinato. Concretamente, el que encontráis en la columna de la izquierda, apartado "recomendaciones - la tremolina sugiere". Me está entrando no sé qué al pensar que voy a quitar a los Accidents Polipoètics para alabar esto, pero bueno: renovarse o morir, o nunca seré una abanderada de los bites -ni me compraré bicicletas-.

Decía: que descubrí al asesino, que perdí una oportunidad de oro para darme con gozo a la usura y sacar al menos una cena gratis del que me acompañaba, que no entiendo por qué mi asesino era el menos votado de todos si pa mí que estaba clarísimo, y que qué miedo, si extrapolo esa pequeña muestra del juicio de la población a poblaciones más amplias (todo el sistema criminalístico, por ejemplo).

En otro orden de cosas, diré que por vez primera en mi vida, después de 10 años de incansable esfuerzo, logré pernoctar en Barcelona en un sitio que, por menos 60 euros la noche, no llevara adjunto yonkis que interpretan coplas a las 3 de la mañana por el patio, o pinochetistas de importación que regentan frías pensiones, o paredes con boquetes (pa hacer amigos con los de al lado) y váteres atascados. ¡Ay, qué experiencias me ha brindado la Ciudad Condal en este último decenio! Experiencias que se han acabado gracias al aceptable hacer de este mi último hotelhostalaparthotel descubierto. ¡Y en pleno centro!
¡Con camas que no chirrían!

Qué más he hecho en Barcelona. Hm. Me he engaudiniado, lógicamente. Qué vicio. Y me he asado de calor, como ya sabéis. También he vuelto a confundir la esqueixada con la escalivada, y por su parte el que me acompaña ha intentado hacer un master en gazpachos. Misión abortada por escasez de tiempo: nos hemos quedado en diplomatura.

¡Y, por primera vez, he entrado en el Poble Espanyol! Tengo una sugerencia sobre este particular: propongo cambiarle el nombre por "el Poble Castellà con deconstrucción de andalucismo charnego". Pero me ha gustado, sí señor. Pese a que el plato típico de Ávila sea el Paellador. Lo mejor: un gato canela que mora por esos lares, y una tiendecita de churrimaquis ornamentísticos artesanos (artesanos de verdad, no de las franquicias peruanas de las salidas de metro), ya sabéis: pendientes, pulseras y antojitos semejantes. Eso sí: preparen la billetera y el seguro de vida de la abuela antes de entrar.

Pero volviendo al tema de los ciclos, no quiero despedirme sin antes hacer la ola, una vez más, a la inventiva, inciativa y capacidad de puesta en marcha catalana en general y barcelonesa en particular. En Madrid hemos decidido asolar los hospitales de paliativos. En Barcelona han decidido solar las calazadas con carril-bici. Y no contentos con eso, han plantado un servicio de alquiler de bicicletas con sus puntos de recogida y demás semi-gratuito. Funciona con un carné (creo que es anual) de un precio cuasi-simbólico. Este carné te permite coger las bicis de los puntos-bici, desplazarte hasta donde quieras, y dejar esa bici que has cogido en el punto-bici más cercano. Y así ad infinitum.
Declaro así una vez más públicamente mi amor por los barceloneses, y hago un llamamiento a cualquiera que tenga uno en stock. Si me hacen un buen precio, estoy dispuesta a negociar sobre mi dote.

viernes, 27 de junio de 2008

Cosas que hacen que la vida valga la pena (I)

1.- Que Juan Muñoz Martín, autor de Fray Perico y su borrico y El pirata garrapata, te firme un autógrafo a tus 28 años, en una lista impresa en Times New Roman 11 que se encuentra por ahí, en una feria del libro de Madrid, después de haber esperado tu turno detrás de un par de niños.

2.- Que Carlos, después de cambiarse de casa, de camino al trabajo una buena mañana, mientras atraviesa el Parque de la Bombilla, se reencuentre de bruces con su gato Nelson, fugado del hogar un año antes.

2.- Que a Irene le recete el médico pastillas para la memoria y a ella se le olvide tomarlas.

3.- Que en la radio de un coche alquilado con el que el Pibito y tú vais sorteando montañas en Croacia, de repente suene el Amo a Laura.

4.- Que, a los 17 años, seas socia fundadora de la peña ambulante "Eskizofrénikas concupiscentes".

4.- Que en un autobús de línea polaco que te lleva a Auschwitz en el verano de 2004, suene de pronto el Aserejé, por el altavoz colocado justo al lado de una pegatina en la que se lee "Camping Las Nieves - Biescas (Aragón)"

5.- Que una noche de invierno, mientras bajas por la calle de La Palma para llegar a tu casa, un transeúnte se te acerque y te de un folio doblado, todo escrito a mano hasta el último resquicio de margen, y te indique que hagas tu aportación y continúes. Y el folio esté lleno de toda suerte de frases, con mayor y menor sentido, en más de cuatro idiomas distintos, plasmadas por nombres, apellidos y lugares diferentes.

lunes, 23 de junio de 2008

Vuelve, Jafuda

Ando preocupada. Primero fue Txetun, y ahora, Jafuda.
Ha desaparecido.

La última vez que se le vio con vida fue el pasado 5 de junio, dialogando con un tedio al respecto de su competidor: el estrés. Desde entonces, nadie ha vuelto a saber nada de él. Y yo me preocupo.

Por otra parte, observo que cada vez aparecen más bomberos toreros con los que yo no contaba, espontáneos que se lanzan al ruedo tremolinero que yo nunca pude sospechar. Resumiendo: gente a la que no he tenido que amenazar ni coaccionar ni chantajear emocionalmente para que entren en http://latremolina.blogspot.com/ y yo pueda decir eso de mira mamá mira lo que hago mira lo que hago mamá pero míraMMMEEEEE!!!
Hay anónimos que me chinchan con que si me hubiera quedado después del concierto a ver al grupo Siglo XXI hubiera sabido lo que es música (lo que hace fantasear a mi imaginación, ya de por sí pizpireta: "¡¡¡Hups! Es alguien que estaba allí! ¿Será alguien que te conoce? ¿Te estaría observando? ¿Llevaría gabardina y sombrero Intocables? ¿El misterioso señor R?"), y también hay novedosos remitentes azules cuyo nombre lleva a columnas escritas en inglés -inglés para hispanohablantes, pero inglés, a fin de cuentas-.
También hace tiempo que no se asoma Jesús I el Acostumbrado, que tantas pinceladas nos aportó en otros tiempos (¿Dónde andas, Jesús? ¿Te atropelló un trailer Schneider en tu Suiza norteña?).
Y luego hay quien se asoma pero no quiere que se sepa (ays, malandres).

En fin, Jafuda: que yo quiero que vuelvas. Seguro que más de uno (que soy yo) te echa de menos.

jueves, 19 de junio de 2008

Asaltos

Me voy a poner ñoña:



Tal día como hoy, cuando me dirigía al centro gastronómico en el que mis compañeros de laboro se iban a dar a la ingesta y en el cual me estaban guardando sitio, después de encontrarme a Moira por el camino con su maleta de piel marrón y su bocata de chorizo (penéeeeelopeeeee!!!), decía, tal día como hoy, justo cuando doblaba Torrelaguna con Condesa de Venadito, exactamente en el instante en que el rayo de sol número doce millones, quinientos veintisiete mil, doscientos cuarenta y ocho incidía con una inclinación de 87 grados sobre mi empeine derecho, en ese momento exacto, ha aparecido ante mí en pantalla panorámica un recuerdo de mi niñez, en el que un tren de la Renfe procedente de Madrid traía hasta Oropesa del Mar a mi madre, asomada a una ventanilla, con mi osa Maricarmen asomada también a su vez tal y como asoma Michael Jackson a sus hijos en los hoteles de Berlín. Mi osa Maricarmen, con su vestido rosa, y mi madre con ella, saludando, después de un x tiempo que no la veía, porque cuando uno es niño nunca sabe cuántos segundos o cuántos años son una x.

Mi madre asomada a la ventanilla de un tren, y mi osa Maricarmen, y mi abuela en un andén, y la mano de mi abuela cubriendo la mía, y el corazón enorme, rebosante, reverberante, el corazón que explota en un abrazo inmenso anticipado y que a la vez se amansa tanto.

Mi madre, y mi osa, en un enorme segundo sito en Torrelaguna con Condesa Venadito.

martes, 17 de junio de 2008

Dónde vas, con mantón de Manila

Estimado lector:

Te tengo muy abandonado últimamente, lo sé. Esto se debe a que me entrego sin reservas a mi yo laboral, dando de lado a mi yo lúdico, que un día me lo hará pagar, endiñándome un reúma que me impida pasear por las playas de Benidorm en mis viajes del Imserso. Me tocará quedarme sentada, mirando a través de los ventanales del hotel cómo mis compañeros hacen aerobic orientado a la tercera edad en la piscina. Pero en fin.

Sin embargo, querido lector, déjame contarte que el fin de semana pasado estuve en la verbena de mi barrio -que son de la más alta cuna y tradición, que salen en las zarzuelas de postín-. Para los jóvenes talentos que leen estas líneas, procedo aquí a aclarar que una verbena es como una fiesta de pueblo, pero sin vaquillas. Y el uniforme de peña tiene una gorra con cuadritos para ellos y un vestido con lunares entallado hasta la rodilla para ellas, acompañado de un clavel en el pelo.

Pues sí. Estuve en la verbena de mi barrio. Me llamó Carlos por teléfono y me dijo:
-Mamita, yo tengo lo que tú necesitas
-Unas pinzas de cocina de acero inoxidable y un litro de leche
-No. Yo tengo información. Concretamente, la referente al próximo concierto, el viernes, de La Casa Azul, en las fiestas de este nuestro barrio (Carlos es gallego-canario, así que no contempla la dicotomía fiestas/verbena)
-No se hable más.

Así que el viernes para allá que nos vamos, dispuestos a dejarnos seducir por los cánticos de nuestro nuevo ídolo cual Ulises con sirenas.
Pero como queda aún un ratín para el inicio de los faustos musicales, nos dedicamos a pasear y dejarnos ver (que es para lo que se va a la verbena) entre El Saltamontes, El Tren de la Bruja, El Castillo Flotante, El Conejito Yuppi, El Rodeo-Bull y los coches de choque.

Los coches de choque.
Podrá llegar el i-Phone, podrá llegar el DNI electrónico y el borrador de la Renta, podrán llegar las cajas sírvase usté mismo a los supermercados... Pero la mente de uno encuentra reposo al encontrar cosas que jamás cambiarán:

Tipología de usuarios: los coches de choque
En los coches de choque siempre hay...
-dos chavales empotraos en el hueco del automóvil, que suelen ir detrás de
-dos chavalas, de las cuales una es la que conduce, y la otra es la que tontea con los dos chavales,
-unos padres asustados, que hacen lo posible por contentar a sus
-dos hijos, que juguetean con sus padres, inconscientes de que en un par de años renegarán de la compañía de los mismos y se esconderán detrás de las casetas de chorizo frito si los ven, a fin de que su madre no les coloque el jersey delante de sus amigos
-en toda pista de choque figura también un autista, que conduce él solo sin hablar con nadie viaje tras viaje y sobre cuyas características mentales todos se preguntan,
-y por supuesto, el ser humano que otorga caché a cualquier pista de coches de choque y sin el cual la atracción está abocada al fracaso: El Guaperas, que es un señor unos 8 años mayor que la media de edad de la chavalería que por allí habita y que conduce con una sola mano. Gusta de dar lo más fuerte posible a cualquier otro vehículo que se encuentre en su camino, acompañando el momento de la embestida con el movimiento del cuerpo, al unísono, y datan de la época en que el tunning era sólo una utopía al alcance de muy pocos.

¡Ah, qué reconfortante, encontrar por fin los viejos referentes en este mundo cambiante!

Total, que el paseo termina y el concierto está a punto de comenzar. Tomamos posiciones. Las luces se encienden poco a poco, Presentan a La Casa Azul. No puedo esperar más a ver en directo el moño de la rubia. ¡¡Subidón lumínico sobre el escenario y...

...decepción. En primer lugar, el tipo no lleva casco de la NASA en la cabeza. Esto desconcierta totalmente a Carlos, ya que es éste pilar maestro de su idolatría. De hecho, el tipo lleva unos vaqueros normales y corrientes, con una camiseta normal y corriente y una gorrita normal y correinte, lo que le confiere todo en conjunto un aspecto muy cool-malasaña. Mas esto no es lo que nos han vendido.
Pero la decepción alcanza su clímax al descubrir... Que no hay moño. Que no hay rubia. Que la Casa Azul es un tío solo, con sus pantallas, su piano, su guitarra, y su forjarse escuchando a Un Pingüino en mi Ascensor, como delantan sus alusiones a Torrebruno. La Casa Azul es un solo tío. Como Enya. Como Milli Vanilli (bueno, estos eran dos).

En fin. Lo salvó de que yo saltara al escenario y me rociara de salfumán el hecho de interpretar una aceptable versión del "Aire" de Pedro Marín (gran éxito del Morocco, ¿recuerdas, oh lector?). Pero ni así. No, que no, que no, me dices sí y es no, que no, que no...