Debo advertir a la concurrencia de que me va a salir un artículo pelín picantón.
Por lo que recomiendo a los lectores de más estricta moral dejen de leer estos párrafos y se dediquen en su lugar a observar fijamente la fotografía de un inofensivo gato de tono canela que encontrarán a su izquierda, un poco más abajo. Durante los próximos dos minutos, aproximadamente.
Hace unos días estuve en la playa. En una playa levantina normal y corriente que si bien no es Benidorm ni Torrevieja ni Gandía, anda presentandose a oposiciones para lograrlo.
Qué quieren, señores. Después de casi dos años de perenne eclipse solar en mi destierro noreuropeo, yo volví convertida en una inusitada lopezvázquez ávida de perseguir suecos por las playas de Altea y, para sorpresa de propios y extraños, renegué de bosnios, croatas y serbios cuando, frente a un inmenso montón de pipas que me había servido para acompañar la ocasión, proclamé:
"Quiero irme de vacaciones a Oropesa del Mar -provincia de Castellón-"
Pues eso. Me fui para allá en pleno Puente de Santiago, Auto-Res mediante. Me hubiera ido en un 600, pero no tengo carné de conducir. Llegué allí a la 1 de la mañana.
A las 11:23 de la mañana del día siguiente me encontraba yo ya puesta y dispuesta a tomar posesión de mi cargo de bañista dominguera, hambrienta de sol en la testuz que derivara en potencial cáncer de piel.
-Máama, me voy a la playa
-¿Te has echado crema?
-Sí, me he echado crema. Una pregunta, máama: ¿a ti te molesta si me quito esto? (inquiero, mientras me señalo la parte superior del bikini)
-(...)
Mi progenitora trata de pensar rápido en los milisegundos que se dispensa a fin de que no se note que trata de pensar rápido. Yo sé muy bien (que por algo me ha parido) qué cruzada se está librando en su fuero interno. Mi madre es muy moderna para todo lo que no lleve la palabra "vecinos" del brazo. Pero si aparece esa palabra, le ataca el repelús. Es decir: yo podría irme a una playa nudista, posiblemente con ella, siempre y cuando fuera una playa a la que no acudieran los vecinos.
-(...)hhmmmmy si si te vas un poquito más para allá -risita semi nerviosa- bueno bah anda no total bah qué tontería pues si quieres quítatelo -mordida leve de labios, mirada furtiva hacia el suelo-.
Al final, decido quitarmelo un poquito más para allá. Total, qué más me da. Así que inicio un paseo por la orilla con el que me acompaña, y a una distancia prudencial pero no exacerbada, procedo a liberarme del símbolo del pundonor.
La hostia.
Juro que no es la primera vez que lo hacía. Yo ya llevaba unos cuantos años haciando la liberada de los 90. Pero también llevaba unos cuantos años (en concreto, tres) sin pisar una playa. Y aquí conviene indicar que la vicisitud principal consiste en que últimamente me he hecho mayor y esto se manifiesta en que me han crecido las tetas. Mucho. A estas alturas.
Me estoy acordando de todas y cada una de las veces que deseé, como buena adolescente que leía Ragazza, tener las tetas más grandes.
Error.
Las tetas duelen. Las tetas saltan y suben y bajan cuando andas y duelen. Y esto es algo de lo que a mí nadie me había advertido.
No las reconozco, no las reconozco. No son hijas mías. Se mueven de forma autónoma y no las reconozco. Y por más que yo trate de convencerme de que en realidad es una ilusión óptica, como lo del cuello de las palomas que lo cierto es que se mueven normal y es sólo que al ojo humano no se lo parece, no lo consigo. Y lo que es peor: no sabría cómo convencer a los demás bañistas, tampoco.
Qué vergüenza. Qué dolor. Qué todo. Yo quiero volver a estar plana. El que me acompaña me agarra la mano.
-Nunca más -le digo. Yo esto no lo hago nunca más. La próxima vez nos vamos a una playa de nudismo normal.
-Sí, hombre -responde. Para que el que se muera de vergüenza sea yo.
El Transmongoliano
Hace 11 años
13 comentarios:
No te imagino con tetas... debes ser una especie de Jennifer López blanca, no me cuadra...
Señora Tremolina,
Secundo plenamente la afirmación del que la acompañaba, a la par que la acompaño en el sentimiento en lo que a su problema se refiere.
De todas formas, mi comentario no está basado en sus pechos, sino en la elección de las vacaciones. ¿Oropesa? O cielos, teniendo Peñiscola casi al lado y Usted y/o sus circunstancias escogieron el que antaño fue centro de atención estival por motivos presidenciales. Pero lo mío no es objetivo, Peñiscola fue mi hogar en una vida pasada. La próxima vez que vaya me avisa Usted y yo le recomandaré playas tranquilas y, of course, algún restaurante donde no comer pescado o una paella está considerado un pecado.
Cuídese,
Jafuda
P.D. ¿Logró vernos en Buenafuente?
Estimado Jafuda:
Dejemoslo en que, de alguna forma, Oropesa también fue un hogar para mí en una vida pasada. Una vida mucho anterior a la de las vacaciones presidenciales. Una vida en la que, de hecho, en Oropesa había pescadores y botes en la playa, como uno frente a mi casa, boca abajo, en cuyo lomo se leía "Mortadelo II"
PD. ¡No, no conseguí verles a ustedes en Buenafuente! El linkito ese que puso en su página web de usté no me funcionaba! :-(
¡¡¡¡ Te odio !!!! has intentado dejarme como una madre antigua y rancia; pues te vas a enterar:
1º devuelveme las llaves del apto. porque ya no vas esa semana que tenias pensada.
2º pues claro que me preocupan los vecinos (son todos de más de 60 años y te han visto nacer) si solo hubiesen estado tu amigo Carlitos y la pandilla de entonces, pues vale.
3º y más importante; yo te lo decia por tu bien: quiza "a ciertas edades ya no esté una para lucir las verguenzas".
Toma, toma, toma, toma.....chupate esa!. je,je,je. Besitos.
Señora Tremolina,
Mi vida anterior no fue tan anterior, había pescadores y sus barcas tenían nombres de esposas, madres, hijas o supersticiones. Hay cosas que no cambian...
Pruebe a visualizarnos en el link que le adjunto, he verificado el correcto funcionamiento. Recuerde: poco después de los minutos 4 y 5, en la notícia sobre Jaime de Marichalar.
http://www.buenafuente.lasexta.com/seccion/actualidad/cumbre/g8/127781
Cuídese,
Jafuda
¡¡¡¡JJJJJJJJJJJAJajaajajjjjjjjAAAAAAAAaaajjjaajJJJJ!!!! :-D
(Si estuvieran mi amigo Carlitos y la pandilla de entonces, a la que se le caía el suelo la cara de vergüenza es a mí. Vamos que ni de coña :-/)
Señor Jafuda:
Por alguna razón que desconozco, ha pasado lo mismo que en su magazine de usted: el link ha salido cortado :-/
Señora Tremolina,
Le indico los pasos a seguir para visualizarnos:
1. http://www.buenafuente.lasexta.com
2. Secciones -> Actualidad
3. Ver todos los vídeos de actualidad
4. Buscar por término "G8"
5. En la nueva pantalla encontrará los resultados de la búsqueda, sólo debería haber uno
6. Lo marca y llegará a la pantalla buscada:
http://www.buenafuente.lasexta.com/seccion/actualidad/cumbre/g8/127781
(Aunque aparezca cortado el link, pruebe a copiarlo y pegarlo en la barra de direcciones...)
Saludos,
Jafuda
P.D. Esa mala leche que gasta su madre, ¿es hereditaria? ¿La aplica a todos los ámbitos de su vida? :D
Me he quedado embobao con el gato y no he podido ir a misa de cinco. Jopetas.
Hombreeeeee...
Si es que cuando yo propongo algo, no es cuestión baladí!!
Señorita Tremo, usted me dijo un día: "Tú que tienes ¿tetas? Pues a lucirlas...". Una frase pronunciada en el C&A cuando adquirí por un módico precio y tras muchas dudas lo que usted denominó "portatetas" y que así se ha quedado para la posteridad. Con este rollo le quiero decir que disfrute de las suyas, sean como fueren. Eso sí, mucha cremita que son muy traicioneras al sol.
Joé. Esa interrogación no va ahí. La frase iba sin interrogación. Que si no parece que en algún momento hubiera yo dudado de que lo que usted tuviere fueren tetas o camiones de reparto.
Oye, pues sí, Srta. Tremolina, como te comprendo. Sí que me siento identificada con la columna de marras :S
Pero piensa que, al igual que yo tengo que acostumbrarme a superar "ciertas cosas" que siempre te empeñas en redordarme, ahora tienes tiempo de acostumbrarte a todos los cambios que está experimentando tu cuerpo. Oye, te llega tarde pero llega, es como una segunda adolescencia. jajaja
Y además, ¿de qué te quejas? Con lo guapetona que te estás quedando...
Besos,
Irene
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