Efemérides

1 de febrero: Nace Norman Rockwell (1926)

sábado, 8 de marzo de 2008

Basuuuura

Esta mañana me ha enviado CRIS un mensaje. Me comentaba que ya no aguantaba ni un minuto más y que quería pegar un polvo. Venía avalada por un tal DragonPubli.
A mí estas cosas me dejan pensativa unos siete segundos. ¿Pegar un polvo? Me consta que el polvo se echa o se quita. Me suena incluso que el polvo se muerde. Pero que el polvo se pegue no lo tengo registrado.
Tras los iniciales siete segundos, acostumbro a pasar a un estado ulterior de reflexión. Y así, me pregunto: ¿de qué oscuras bases de datos habrán extraído los señores de la publicidades mi número telefónico? ¿En qué prestigiosas páginas web, tarjetas de supermercado y concursos de la tele me he alistado yo para que mi número pase a ser del dominio de CRIS (y otros)? Y no menos importante: ¿en qué casilla me equivoqué al marcar para que todas las publicidades que tratan de incitarme, cada vez más frecuentes, sean de señoritas ávidas de pegar cosas en múltiples ubicaciones, en lugar de señores que me inviten amablemente a pecar? En fin.


En otro orden de cosas pero también hablando de basura, diré que en Madrí hemos estado como en Nápoles. O como en la elite financiera alemana. Bañados en caquita. Aquí hemos tardao menos en deshacernos de ella que en el enclave italiano, porque nuestra Camorra encargada de la basura está abiertamente financiada por los impuestos, y no sólo por lo bajinis. Así que la Camorra les ha dicho a los basureros que bueno, vale, que les dan unas perrillas más por llevarse los desperdicios orgánicos y en envase, y ya hemos podido salir de los portales otra vez sin que el cadáver del pollo asado de la del sexto irrumpa de un salto desde el contenedor y nos atraque a punta de maquinilla de afeitar en plena acera. Con un preservativo por pasamotañas.


Y poco más os cuento, secuaces. Os dejo ya pa que salgáis a las calles a extender la fé. Tremolinadme a las gentes. No me vale con doscientas visitas. Quiero más, quiero más. Algún día así podré dejar el mundo del espionaje y vivir subvencionada en un 100% por mi feligreses.

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