Efemérides

1 de febrero: Nace Norman Rockwell (1926)

martes, 16 de febrero de 2010

Interregnum

Un viaje. O varios. A las Maldivas. A Lanzarote, también, a ver viñedos inverosímiles y paisajes de película de La 2. A los Balcanes, por supuesto. Y el Transiberiano. Puestos a gastar, el Royal Scotland. Y si el Orient Express fuera lo que era, y no ese aborto de atajo en que lo han convertido, el Orient Express también.

Volver a una facultad, a tiempo completo, y no al esfuerzo intransigible que supone una UNED cuando se trabaja de civil, o sea: de pringao. De 40+-X horas semanales.

O volver a Alemania, de una vez por todas y sin creerme las excusas que llevo regalándome los últimos seis años. A Alemania, a olisquear un rato, a quedarme si se tercia, a volverme si no.

O indagar por otros lares, otras ocupaciones, otros objetivos, otros ambientes.

Cualquiera, cualquiera de los sueños de trastienda me valdría en días como hoy, días en que una Sissi Emperatriz venida a más trata de desplegar las alas ante mi persona (olvidandose de que, tirando de jerarquía estricta, mi plumaje es más colorido que el suyo), días en que el Gilipollas Honorífico que toda empresa tiene en nómina y que cree ser ministro porque lo han puesto de jefecillo, decide dedicarme toda la ira de sus altibajos hormonales (aun sin tener nada que ver conmigo: ni él, ni su ira, ni el objeto de la misma), días en que la España del año 47, esa que una daba por concluida en la empresa multinacional privada y que aún patalea en los organismos públicos, hace una aparición estelar en el lugar en el que una laboralmente habita para, cual Caudillo, guiarnos a todos hacia el buen hacer y la gracia divina: así es cómo se ha de trabajar, bonitas. Deduzco que piensan que en los seis años previos a su aparición, la gracia divina venía sola. Qué equivocada estabas, Tremolina: hay reductos que, cual Granada, cual Valencia, cual Numancia, se resisten a desaparecer.

Y la lástima es que seas tan educada, tan educada que de puro educada eres tonta, tan educada para no soltar un par de mandobles verbales de esos que tan bien se te dan a ti, de esos de dejar sentado en la silla más próxima. Si la hay.

Y es que está claro: a rey muerto... pillaje mezquino hasta nuevo rey. Por si acaso. Qué peligrosos son los periodos de interregnum. Ay, amado líder, cómo te echo de menos en tu función de guía espiritual, en momentos como hoy. Y en tu función de Chuck Norris, también.

8 comentarios:

sacau dijo...

Ay, qué te han hecho, Tremolina...
Si te sirve de consuelo, que no, ya lo sé, hoy he levantado la voz en el curro a una señora de 65 años. Y es la dueña del citado curro, para ser más exactos.

Cambiando de tema, al menos eso espero, hoy he soñado que escalaba un volcán. He tenido suerte de no despertar encaramado al armario. Pero me duele casi todo el cuerpo.

Ánimo, Tremolina. Y ánimo, Tremolencia.
Benny Goodman. Sing sing sing.

Txetun: dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
La Tremolina... dijo...

Txetun: efectivamente, ha sido un error ortográfico en toda regal que he acudido pronta a corregir. A mí también me duele. Lo lamento, lo lamento, lamento herir de esta forma a mis lectores, que con toda la razón claman al cielo.

Lástima que usté, por contra, no pueda corregir el "debieron" de la primera línea, el "cuándo" de la segunda y/o el "de" de la tercera empezando por la cola.

Asín que no vaya de chulito.


¡Extremeño!

Anónimo dijo...

Ánimo Tremo.
Piensa que solo es trabajo. SOLO trabajo.

R

Jafuda Cresques dijo...

Señora Tremolina,

Le recomiendo haga Usted como un servidor, obviar al sherpa de nuestra oficina, un ser que, además de falso, suele repetir aquello de "al jefe vas" cuando uno pasa de sus comentarios: com qui sent ploure, decimos por aquí. Luego está la ataraxia laboral, como si la cosa no fuera con nosotros, que se transforma en casos extremos en un valioso "vamos a comer al gallego", cuya paella todo lo cura.

Anímese, que no es para tanto. Y recuerde que en Alemania hace frío, y con esto del cambio climático cada vez más. Además, allí no saben lo que son las bravas, ni las navajas, ni los canelones de pato trufado, ni la siesta, ni no separar la basura, ni...

Cuídese,
Jafuda

Txetun: dijo...

Lo mismo debieron DE pensar los fieles al gran Alejandro cuAndo, a la muerte de éste, sus generales se repartieron los despojos. Entiendo tu dolor, y por eso no haré sangre cuando el "hecha de menos" me ha lacerado, de parte a parte. Peor que un kilo de metralla. Ruego lo corrija o subraye que se trataba de un recurso literario para enfatizar su dolor, quebrar de dientes, etc.

Un consejo: desempolve sus sueños y colóquelos como estandarte de un presente mejor. Explore nuevas realidades y dÉ cuenta prontamente de las mismas en esta crónica continuada de "tremolinadas"

Pd. Aún así el "hechar de menos" duele, pese a su insolente chulería desagradecida en el recurso del "y tú más"; chulería mucho mayor que la que cualquier humilde extremeño es genéticamente capaz de desplegar. No sé si achacarla a la herencia genética del "su" apellido o a la atmósfera malsana de la siempre "humilde" y "nada altisonante" capital.

Como siempre, un placer.

La Tremolina... dijo...

:D

Así que sí podía usté operar sobre su entrada... Hmmm...

Jodé, sí que lo he picao a usté. Procederé a satisfacer sus preguntas retóricas:
¿"herencia genética del apellido"? Amigo, mi apellido es catalán. Los catalanes no son chulos: lo somos los madrileños. Al menos, para el resto de la población. Hace un rato que me di cuen de que, ciertamente, no es ya que seamos (o no) chulos, es que quizá tonos y expresiones no tengan el mismo valor aquí que fuera. Como cuando en España uno le dice a otro "tío, qué cabrón eres" y luego se despepitan los dos. Pues probablemente eso para los anglosajones (qué decir para los germánicos) tendría un valor que no es el que nosostros le otorgamos. Pues eso.

Por lo demás, esto responde a lo segundo: sí, mi chulicidad es 100% madrileña (que no "capitalina", no se me haga usté la víctima provincial); sí, ese "hechar de menos" duele, ya dije yo en anteriores crónicas que una mete mucho la pata en este medio, porque escriboescriboescribo y ni pienso ni miro ni reviso; y sí, me parece bien que me lo haga notar, mea culpa -no se enfade usté porque se lo hagan notar también con lo que yo entiendo como humor, rediez, abra la mano.

Sin embargo, no: difiero (ya sabe usté) en la humildad que sugiere usté inherente a la condición de extremeño, y no: genética catalana, muy a mi pesar, no tengo ninguna.

Por lo demás, deduzco que tendremos que casarnos. Es el único paso lógico que se me ocurre en este pimpinelismo cada vez más marcado que se me traen usted y yo.


PD. En este caso, "chulicidad" y "pimpinelismo" son un recurso, sí. Como "intransigible", que tampoco existe, pero me gusta (y desde luego me resulta un vocablo necesario, no entiendo por qué no existe)

Txetun: dijo...

Más que comprobado... los "pimpinelismos" suben la audiencia... así que no se preocupe, lo hago por el espectáculo, no hay ni un atisbo de inquina personal que manche la elevada estima que la profeso...

En cualquier caso... yo pensé que su apellido venía del valenciano. Entre un "capitalino" y un valenciano... casi que apostaría por un valenciano en una guerra de chulería. De ahí el comentario. De haberme acordado bien del origen de su apellido, hubiera optado por hablar de la tacañería - otra creencia infundada, con decirle que una de las personas más tacañas con las que me he topado en vida era una chica nacida en Donosti y de padres Vallisoletanos, no digo más...

Para terminar, con el asunto del madrileño y la chulería pasa como con los nacionalismos en la periferia: entre los más chulos (así como entre los más nacionalistas) suelen abundar muchos hijos de inmigrantes de otras comunidades autónomas, entre ellas una experta en emigrar individuos como es Extremadura. Es solo un apunte, pero entendienda que esos mismos hijos de inmigrados vuelven al terruño en épocas estivales desplegando todos sus rasgos (chulescos), rasgos que le sirven, supongo, para distinguirse de la población local. Una razón para explicar animadversiones varias - que en mi caso no comparto nada más que de boquilla, para hacer chanzas y pimpineladas varias, pues como comprenderá en Madrid he pasado alguno de los años más felices de mi vida y gozo de grandes amigos en la capital, madrileños de varias generaciones para más inri.

Para acabar, contemple seriamente el recurso "ataraxia" apuntado por el señor Jafuda, al menos hasta que las aguas se calmen y tienda usté un puente sobre esas aguas turbulentas que le lleve a una orilla más tranquila, no necesariamente dentro de esa empresa.