Efemérides

1 de febrero: Nace Norman Rockwell (1926)

domingo, 27 de abril de 2008

Abraham Martínez

Hola, amigos:

Confesaré que hoy no tengo nada que contar. Ná: me pongo aquí delante de la pantalla y no me se ocurre ningún acontecimiento notable con el que iluminaros en los albores de esta nueva semana. Sin embargo, es mi deber de literato acometer las tareas que me son propias en mi calidad de tal, y no pué ser que deje a la tremolina abandonada a su suerte durante más tiempo.
Así que voy a relataros la visita a la exposición "La copia, lo falso (y el original)", a cuya inauguración fui invitada hace unos días.

Resulta que tengo yo un amigo (el Talamanca, o "Pablo", a secas) que rompe cosas y hace fotos y es artista, y no hay concurso, beca o certamen que se le escape. Pues bien: los señores de la Comunidad de Madrid seleccionaron su obra Copy/Paste para ser expuesta, junto a otras de otros señores, en la ya mentada exposición, en la sala Canal. Y Pablo, que debía de necesitar extras, me mandó un PDF que yo me imprimí muy digna pa presentarlo en la entrada y que me permitieran el acceso a tan selecto acontecimiento. "Darán canapés", me dijo. Pablo sabe cómo convencerme sin esfuerzo.

Me encuentro ya en la cola pa entrar. Cuántos modernos. Mis parámetros estéticos con respecto a la elegancia, que datan de cuando en la tele echaban Dinastía, se ven desplazados por las camisolas y las rastas y las medias tupidas con jersey largo (que, por cierto, datan de poco después). Pero yo saco mi fotocopia con la frente muy alta y no me doy por aludida ante el pensamiento de haberme equivocado de fiesta de disfraces.

Paso el bolso por el detector de metales. Presento mi entrada ante el Hombre Prosegur. Accedo al recinto expositivo. Cruzo una especie de jardincillo. Llego al edificio en cuestión. Entro. Me encuentro a Elton John de espaldas. Las gafas de las fotos de mi tío Manolo en el año 68, chaqueta gris de Pichi es el chulo que castiga, chapa en la solapa en la que se lee algo así como "just myself just myself just myself". Aunque me empeñe en eludirlo, no me queda más remedio que aceptar que es Pablo, con lo que debe de ser el uniforme de las inauguraciones. "¡Hey Tremo qué pasa qué tal!". "Pablo, eres Elton John". "Sí, pero sólo en las inuaguraciones".

Me paseo por los 3 pisos de exposición, y entre originalidad y originalidad, me percato de una obra consistente en cuatro fotografías que me enamora. Me encanta. No puedo dejar de mirarla. Me desplazo hacia otras, pero acabo volviendo. Me quedo otro rato. Es la obra de un tal Abraham Martínez. Sigo visitando la exposición, pero se me han quedado esas fotografías entre ceja y ceja. Las miro por el rabillo del ojo. Me encuentro con Pablo de nuevo.
-Pablo, te iba a votar, pero ya no. He encontrado a otro que me gusta más.
-¿Quién?
-Un tal Abraham Martínez (miramos en dirección a las fotografías)
-¡Ah, sí, ese tío es muy famoso! Mira, es ese que está ahí precisamente.
Junto a las fotografías, hay un tipo moreno con pelos largos y barba que habla con otros dos tipos. Tenía que ser él, claro que sí, tiene cara inequívoca de Abraham Martínez. Me entran muchas ganas de hablar con él. No por nada, sólo para decir que me encantan sus fotografías. Aunque si es por algo, pues mejor, ji. Bueno, que divagas, Tremo, tú vas y le dices que te gustan sus fotografías, porque te da la gana, punto pelota, venga Tremo, hay que venirse arriba.

Me armo de valor. Cruzo la sala. En el momento en que por fin deja de hablar con los dos tipos y voy a dirigirme a él, le suena el móvil. Claro, si es que es muy famoso, no para de atender a la gente, y todo el mundo pugna por poder decirle que le gustan mucho sus fotografías. Él ve que me he quedado cortada y me hace señas, sonriendo, como diciendo "ooops, perdona...". Yo le hago señas de "ná, si es igual..." mientras mi Paquirri personal se va de juerga con el de Carlos. Él está hablando frente a mí. Yo ahí de pie mirando pa los laos. Termina de hablar. Me mira, se acerca un poco. Me aproximo con piernas de vals, es decir, del tipo "me acerco, pero no". Ya estamos delante. Tiés que decirle algo a este gran artista tan famoso que te está mirando, Tremo.
-¿Es usté el responsable de esto? (le digo, en un amago de sonrisa, mientras señalo a las fotografías que he seguido observando mientras él hablaba)
-No
-¿n...¿NO?
-No -me dice, sonriendo-. Yo soy el responsable de esto -y señala, optimista, una especie de panfleto en el que el autor había fotografiado todos y cada uno de los edificios de su propia calle. "Every building on the Olivar Street, por Juan Santos", leo junto al panfleto.
-...
-(sonrisa optimista entre la barba)
-...
-(sonrisa optimista entre la barba)
-Pues... (Pablo te voy a matar)
-(sonrisa optimista entre la barba que va perdiendo todo el atractivo de tío famoso y aclamado)
-Pues... ¡muy bien! -digo, sonriendo tonta y forzadamente, mientras me escabullo de ahí como puedo. Yo lo mato, yo a Pablo lo mato, qué corte pordios.

Consigo llegar a la planta baja. Más desfile de mallas, gafas gordas y bolsones. Y yo ahí con mi vestidito negro que parece que de un momento a otro aparecerá un madurito canoso de elegante porte y se pondrá a charlar conmigo al respecto de Klimt cual película de Woody Allen. De pronto, a lo lejos, me parece divisar los canapés. Hm, bueno. Perdonaré la vida de Pablo. Pero ah, amiga, no has contado tú con que los artistas de las mallas y las gafas gordas también comen. Y más que nadie, porque no llega vivo ni un canapé hasta donde tú estás. Joé con la alternatividad y la vida de soja. Bueno, seguiré dando un volteo. Entre obra y obra, veo caras conocidas de vidas pasadas. Y nombres, nombres también. "Supermarket", de Sören Meschede. Anda, mira, Sören sigue vivo y en Madrid. En fin. Yo he quedado en Gran Vía en veinte minutos. Voy a despedirme de Pablo, que sigue atendiendo a las masas. "Venía yo a matarte, principalmente" -le digo. "Ah, ¿no era ese Abraham Martínez?" -me dice, el muy capullo.

8 comentarios:

Jafuda Cresques dijo...

Buenas tardes,

Pues para no tener nada que explicar, se las apaña Usted muy bien. Ya me gustaría a mi sentarme del ordenador y crear una historia como la suya. Por cierto, mis más sinceros respetos y admiración a su (futuro ex-) amigo Pablo: le invitaria con mucho gusto a una cerveza, pero me parece que internet aún no ha evolucionado lo suficiente como para enviarle una en este comentario. La manera de Pablo de vengarse es de lo más exquisito que recuerdo... y, por tanto, perdonable. Un apunte más: ese Juan Santos, ¿no trabajará para QDQ, no?

La Tremolina... dijo...

¿"Ex-amigo"? ¿Cómo? ¿Por qué? No, son muchas horas chanantes juntos como para romper nuestra vieja amistad por esto...

Sobre Juan Santos, no le sabría decir. No hemos intimado más. La última vez que lo ví, yo bajaba muy apurada unas escaleras, camino de los canapés y el anonimato, sin mirar atrás.

sacau dijo...

Buenas:

Tremolina, lo que has provocao...

en la próxima exposición, el de la sonrisa optimista entre la barba va a pasar de mostrar fotografías de edificios en Olivar Street a acuchillar lienzos y llamarlo "el artedelarrabiaquemedaquenadiemerreconozca", con su sub-corriente: "quétendráeseabrahammartinezquenotengayo""

Eres una influencia artística!

Riau

Jafuda Cresques dijo...

Buenas tardes,

No debí expresarme correctamente: lo de "futuro ex-" viene por la mala leche que gasta su amigo; igual más de uno le hubiese retirado la palabra, pero como es sencillamente mordaz y brillante, se merece que uno se ría con él y le felicite por ser tan ágil de mente (de ahí lo de la cerveza - aqui la tiene: http://weblogs.nrc.nl/weblog/eindexamen/wp-content/uploads/bier.jpg).

Mi comentario acerca de QDQ: durante un tiempo se vanagloriaban de ser los primeros que habían fotografiado todos los edificios de todas las ciudades españolas, lo mismo que hizo Juan Santos, pero sin las expectativas artísticas, sino informativas.

Txetun: dijo...

Una cosa... ¿Es éste Abraham Martínez? http://www.nosolotop.com/nst4036

Es que el nombre del sujeto me suena y no sé de qué; y como me gusta bastante la fotografía a veces voy a exposiciones y no he encontrado nada en la electrónica wé que me dé una pista.

Por cierto, enhorabuena, acaba usté de pasar la primera crisis de creatividad del blogger con éxito. Curiosamente, el viernes andaba yo también codeándome con "gafapastas", esta vez del mundo de los documentales, en el Festival Internacional de documentales de Toronto, Hotdocs 2008, eso sí, nosotros pasamos de los canapiés y nos centramos en la ingesta de Vino de Ontario, que no tiene cuerpo ni aroma, pero provoca la ebriedad cosa fina. Curiosamente salió a colación McNamara y no pude no acordarme de su (por usté, Tchremoulina) "I'm a lady". Cosas de la intertextualidad, homenaje, guiño, lenguaje blogográfico...

Resultando: si consigo hacer memoria y recuerdo quién es Abraham Martínez y de qué conozco yo a ese señor, llegado el caso y si al final acaece que somos amigos de la infancia, se lo presento gustosamente para desfacer el entuerto de su artista y genio del mal - por la elaborada vendetta - Pablo "el Talamanca".

La Tremolina... dijo...

Pues... no puedo poner la mano en el fuego pero creo que no, que no es ese señor de la dirección usté da.

Todo cuanto puedo decir es que la obra de mis amores se llamaba "cronotopos" y que me gustó sobremanera. Y nada hace sospechar en ella que el autor se dedique a las imágenes de bakalaeros, tetas o retratos de niños (auqnue vaya usté a saber)

Anónimo dijo...

Respecto a lo de que la Tremo no bebe...es mi deber informar de que antes de convertirse en la Tremolina, ésta y la menda hemos protagonizado escenas apoteósicas, como aquella noche memorable en la que empezamos en Madrid con 15 personas, continuamos en Azuqueca despistando a 11 al colarnos en fiesta de cumpleaños ajena (cocacola para todos y algo de beber) y acabamos en el salón de su casa en pijama, bailando la yenca (¡la yenca diosmío!) y mojando magdalenas en licor 43 con batido de vainilla...(de ahi le viene)
Eso sin mencionar serenatas y porlaciones en Oropesa...

La Tremolina... dijo...

Es cierto. La Yenka y lo que es peor: los Cantores de Híspalis, con el "a bailar, a bailar y a bailar", algo que sin duda tu selectiva memoria habrá desechado por completo, y no la culpo. Lo que aún no he conseguido dilucidar es cómo narices llegó un LP de los Cantores de Híspalis a mi casa.

AY, qué tiempos! ¡Un equipo de vascos borrachos interpretando el "Chiquitita", y nosotras, en esa casa ajena, donde el vecino nos contaba: "puesssh yóo shoy el vessino, y como no puedddo dormí poque hay fiejta, puessh passho y me pongo ppppedo".

Era inevitable derivar en algo como "eskizofrénikas concupiscentes".
Sobre todo después de lo de las porlaciones >-D