Hola, amigos:
Confesaré que hoy no tengo nada que contar. Ná: me pongo aquí delante de la pantalla y no me se ocurre ningún acontecimiento notable con el que iluminaros en los albores de esta nueva semana. Sin embargo, es mi deber de literato acometer las tareas que me son propias en mi calidad de tal, y no pué ser que deje a la tremolina abandonada a su suerte durante más tiempo.
Así que voy a relataros la visita a la exposición "La copia, lo falso (y el original)", a cuya inauguración fui invitada hace unos días.
Resulta que tengo yo un amigo (el Talamanca, o "Pablo", a secas) que rompe cosas y hace fotos y es artista, y no hay concurso, beca o certamen que se le escape. Pues bien: los señores de la Comunidad de Madrid seleccionaron su obra Copy/Paste para ser expuesta, junto a otras de otros señores, en la ya mentada exposición, en la sala Canal. Y Pablo, que debía de necesitar extras, me mandó un PDF que yo me imprimí muy digna pa presentarlo en la entrada y que me permitieran el acceso a tan selecto acontecimiento. "Darán canapés", me dijo. Pablo sabe cómo convencerme sin esfuerzo.
Me encuentro ya en la cola pa entrar. Cuántos modernos. Mis parámetros estéticos con respecto a la elegancia, que datan de cuando en la tele echaban Dinastía, se ven desplazados por las camisolas y las rastas y las medias tupidas con jersey largo (que, por cierto, datan de poco después). Pero yo saco mi fotocopia con la frente muy alta y no me doy por aludida ante el pensamiento de haberme equivocado de fiesta de disfraces.
Paso el bolso por el detector de metales. Presento mi entrada ante el Hombre Prosegur. Accedo al recinto expositivo. Cruzo una especie de jardincillo. Llego al edificio en cuestión. Entro. Me encuentro a Elton John de espaldas. Las gafas de las fotos de mi tío Manolo en el año 68, chaqueta gris de Pichi es el chulo que castiga, chapa en la solapa en la que se lee algo así como "just myself just myself just myself". Aunque me empeñe en eludirlo, no me queda más remedio que aceptar que es Pablo, con lo que debe de ser el uniforme de las inauguraciones. "¡Hey Tremo qué pasa qué tal!". "Pablo, eres Elton John". "Sí, pero sólo en las inuaguraciones".
Me paseo por los 3 pisos de exposición, y entre originalidad y originalidad, me percato de una obra consistente en cuatro fotografías que me enamora. Me encanta. No puedo dejar de mirarla. Me desplazo hacia otras, pero acabo volviendo. Me quedo otro rato. Es la obra de un tal Abraham Martínez. Sigo visitando la exposición, pero se me han quedado esas fotografías entre ceja y ceja. Las miro por el rabillo del ojo. Me encuentro con Pablo de nuevo.
-Pablo, te iba a votar, pero ya no. He encontrado a otro que me gusta más.
-¿Quién?
-Un tal Abraham Martínez (miramos en dirección a las fotografías)
-¡Ah, sí, ese tío es muy famoso! Mira, es ese que está ahí precisamente.
Junto a las fotografías, hay un tipo moreno con pelos largos y barba que habla con otros dos tipos. Tenía que ser él, claro que sí, tiene cara inequívoca de Abraham Martínez. Me entran muchas ganas de hablar con él. No por nada, sólo para decir que me encantan sus fotografías. Aunque si es por algo, pues mejor, ji. Bueno, que divagas, Tremo, tú vas y le dices que te gustan sus fotografías, porque te da la gana, punto pelota, venga Tremo, hay que venirse arriba.
Me armo de valor. Cruzo la sala. En el momento en que por fin deja de hablar con los dos tipos y voy a dirigirme a él, le suena el móvil. Claro, si es que es muy famoso, no para de atender a la gente, y todo el mundo pugna por poder decirle que le gustan mucho sus fotografías. Él ve que me he quedado cortada y me hace señas, sonriendo, como diciendo "ooops, perdona...". Yo le hago señas de "ná, si es igual..." mientras mi Paquirri personal se va de juerga con el de Carlos. Él está hablando frente a mí. Yo ahí de pie mirando pa los laos. Termina de hablar. Me mira, se acerca un poco. Me aproximo con piernas de vals, es decir, del tipo "me acerco, pero no". Ya estamos delante. Tiés que decirle algo a este gran artista tan famoso que te está mirando, Tremo.
-¿Es usté el responsable de esto? (le digo, en un amago de sonrisa, mientras señalo a las fotografías que he seguido observando mientras él hablaba)
-No
-¿n...¿NO?
-No -me dice, sonriendo-. Yo soy el responsable de esto -y señala, optimista, una especie de panfleto en el que el autor había fotografiado todos y cada uno de los edificios de su propia calle. "Every building on the Olivar Street, por Juan Santos", leo junto al panfleto.
-...
-(sonrisa optimista entre la barba)
-...
-(sonrisa optimista entre la barba)
-Pues... (Pablo te voy a matar)
-(sonrisa optimista entre la barba que va perdiendo todo el atractivo de tío famoso y aclamado)
-Pues... ¡muy bien! -digo, sonriendo tonta y forzadamente, mientras me escabullo de ahí como puedo. Yo lo mato, yo a Pablo lo mato, qué corte pordios.
Consigo llegar a la planta baja. Más desfile de mallas, gafas gordas y bolsones. Y yo ahí con mi vestidito negro que parece que de un momento a otro aparecerá un madurito canoso de elegante porte y se pondrá a charlar conmigo al respecto de Klimt cual película de Woody Allen. De pronto, a lo lejos, me parece divisar los canapés. Hm, bueno. Perdonaré la vida de Pablo. Pero ah, amiga, no has contado tú con que los artistas de las mallas y las gafas gordas también comen. Y más que nadie, porque no llega vivo ni un canapé hasta donde tú estás. Joé con la alternatividad y la vida de soja. Bueno, seguiré dando un volteo. Entre obra y obra, veo caras conocidas de vidas pasadas. Y nombres, nombres también. "Supermarket", de Sören Meschede. Anda, mira, Sören sigue vivo y en Madrid. En fin. Yo he quedado en Gran Vía en veinte minutos. Voy a despedirme de Pablo, que sigue atendiendo a las masas. "Venía yo a matarte, principalmente" -le digo. "Ah, ¿no era ese Abraham Martínez?" -me dice, el muy capullo.
Efemérides
domingo, 27 de abril de 2008
Abraham Martínez
martes, 22 de abril de 2008
Baccanal
Bueno,
es tal la expectación que ha levantado el Asunto Baccara entre mis lectores más fieles, que me veo en la obligación de hacer aquí mención especial en punto y aparte al mismo. Y lo hago con 2 vídeos 2, arrimándome así a la modernidad que por lo general me es negada.
En el primero, el origen de todo: "Sorry, I'm a lady", en la tele alemana, en el año 77. Ojito al público, que no defrauda.
El segundo, sin parangón, es una rareza cuasi-inédita. Sale la actuación de Eurovisión del año 78, en que nuestras amigas representaron, pese a su marcada españolidad (Mayte y María, se llaman) a (atención) Luxemburgo, cantando en francés. Pero en este video han superpuesto la versión en inglés (también cantada por ellas, por eso del norte de Europa) y con karaoke, para que todos podamos participar de la fiesta y cantar al unísono.
Recomendación para alumnos avanzados: no mirar la letra y, simplemente, escucharla. Un deleite.
(here comes that man again... something in the way he moves makes me sorry I am a lady...)
(it was like a dream come true...)
[Este artículo multimedia no hubiera sido posible sin la colaboración inestimable de la buena intención de Diego y la precisión experta de Txetun. ¡Gracias!]
sábado, 19 de abril de 2008
Sorry, I'm a lady
Después de dos semanas de arduas negociaciones, ayer quedé con Moira pa darnos a la ingesta compulsiva de delicatessen y al ligoteo gambitero una morena y una rubia, hijas del pueblo de Madriz.
Convenimos en vernos directamente en el Gumbo, donde he reservado mesa. Moira llega tarde y me informa de que como trabaja veinticuatro siete pues la han llamado de Nuevayor pa trabajar el fin de semana. Yo, que soy mujer de mi tiempo y me muevo en los círculos empresariales de más alto postín, sé que "veinticuatro siete" significa así por abreviar que tú puedes estar de vacaciones en las islas griegas y un tocapelotas de Guolestrí te llama un viernes a las 5pm pa que le sumes y le restes cosas en una hoja de excel pal lunes siguiente. Y luego a cambio del saqueo en la dignidad, pues te dan dineros. O sea: es como ser puta administrativa, pero de alto nivel.
Total, que me enrollo: que Moira viene un poco acordándose de los familiares vivos y muertos de todos los habitantes de Nuevayor, así que lo mejor es darse cuanto antes a la sopa Gumbo y al cangrejo de caparazón blando.
Mola salir con Moira porque como burocráticamente es inglesa, los empleados de los restaurantes se quedan mirando su NIE. Y ella aprovecha y les pide fuego. Qué artistaza esta Moira.
-Te voy a llevar a un sitio cojonúo (me informa). Vamos a ir al Morocco, que la música está muy bien y se liga con relativa facilidad.
El caso es que tengo yo ya ganas de ir al Morocco. No he ido nunca, y me consta que todos los gafapastas de carné van. Tengo yo la imagen del Morocco como el equivalente nocturno a la Fnac. Yo me imagino que la gente va a la Fnac y de repente un calvo premeditado de esos que se rapan la pelambrera se te acerca y te dice: "Observo que estás tanteando la posibilidad de adquirir El último, de Murnau. No está mal, pero quizá convendría que visionaras previamente Nosferatu". Pues así, pero con decibelios. "Observo que estás tanteando la posibilidad de arrancarte por Venus, de Bananarama. No está mal, pero quizá convendría que bailaras previamente con Rick Ashley"
Entramos al Morocco. "Son 10 euros", nos dice un señor con unas papeletas tipo sorteo de botella de cava pa viaje fin de curso. "Incluye 2 consumiciones". Ah leche, pues no está mal. Accedemos a la sala. Al fondo hay un caballero con una chaqueta plateada y los labios pintaos de negro. "Ven, vamos a beber", comenta Moira. No sé si he mentado ya que Moira es inglesa. Nos acercamos a la barra.
-Un kdgjdknv con jfriiegu
Yo, como soy abstemia por inercia, no tengo ni idea de lo que ha pedido esta. El caso es que es mi turno. Tremo, habrá que pedirse un copazo, qué estás en el Morocco.
-Hola. ¿Tenéis Mangaroca?
-No
-Hm. ¿Tenéis batido de vainilla?
-No
-¿Batido de chocolate?
-No
-(me estoy quedando sin opciones) ¿Licor 43?
-¡¡Mira, eso sí!!
-Pues ponme uno con zumo de naranja. Como un señor.
Nos adentramos en lo profundo de la discoteca. Este sitio es una mina. Ahora mismo está sonando el Dúo Baccara. Sorry, I'm a lady, sorry, I'm a lady... Me encanta este local. Aquí estamos, de charleta y desternille en el faunódromo este en el que me siento como en casa.
Hace ya rato que me he pimplado la copa. Es el momento de visitar el baño. Cuando llega mi derecho de usufructo del mismo y me introduzco en el cubículo, observo que la puerta no se cierra. No es que no tenga pestillo: es que al empujar la puerta contra el marco, automáticamente se abre. Bien, no pasa nada. Siempre fui buena jugando al Enredos. El truco consiste en verter todo tu peso hacia delante, con los brazos estirados apoyados en la puerta, el bolso colgando del brazo izquierdo, mientras basculas con la cadera hacia atrás hasta situarte sobre el eje vertical de la taza. Bien, así. Ahora, para concluir, rápido y coordinado movimiento: mano derecha a rollo de papel, pie izquierdo a puerta, mano izquierda a bolso. Alehop!
Confío en mis aptitudes, pero por si acaso, no quiero mirar. Salgo del baño. Los bafles siguen deleitando a los asistentes. Aire, aaaAAAhhhh, soy como el aire, aaaAAAhh, pegado a tiiii... Moira se ha acabado su copa. "Vamos a beber", me dice. No sé si he comentado ya que Moira es inglesa.
Esta vez bajamos a la barra de la pista. -Un 43 con zumo de naranja, por favor. Qué gran sitio: están poniendo todos los grandes éxitos del Pelotazo Mix, cuando bailábamos dando saltitos por la discoteca allá por el 95. Sólo falta que suene el Wiggle Wiggle, ese que decía "Don't stop moving baby oh that booty drive me crazy..."
Son las tres y pico cuando yo, que sigo danzando y cantando con euforia en la pista (Gimme gimme gimme a man after midniiiight, ah-ah-aahh...), escucho de labios de Moira que se tendría que ir yendo porque con lo del veinticuatro siete mañana tiene que sumar. Eso, y que el tronío masculino de esta noche no está muy allá y no se inspira pa pedir cigarros, que yo lo sé. Pero bueno, vale, vámonos. A fin de cuentas, yo la noche anterior he dormido tres horas. Seguro que estoy muy cansada.
Error. Al salir a la calle me percato de que los de ABBA se han salido a la calle conmigo. Me percato aún más cuando, cruzando Gran Vía con Moira, me pongo a dar saltos por el paso de peatones, acompañados de altivos "maaah, maaah, verde, tá verde!!!!". Huy Tremo, tú estás un poquito beoda. Moira se mete en un taxi. Yo me dirijo hacia casa. Me observo un ligero extravío de ojillos y de pasos Gran Vía abajo. Ji ji ji. Si a ti estas cosas nunca te pasan, Tremo. Si todo el mundo sabe que tú no bebes.
Se trata sin duda de un acontecimiento insólito del que me veo en la necesidad de informar.
Mensajes > nuevo. "Tú no te lo va a de creé, pero ahora mismo estoy andando por Gran Vía y estoy un poquito tostá (o pedo, en su defecto)". Enviar > Carlos.
Pero esto no es darle la cobertura informativa que se merece, Tremo. Hay que informar MÁS.
Enviar > Diego
Enviar > mamá
Enviar > hermana
...
Cuando llegué a mi hogar, descubrí que el pasillo tenía recodos en los que jamás había reparado. Sorry, aima leidi, sorry aima léidi... na na na na ná...
Consigo ascender hasta la cama, sita a dos metros de altura, con cierto complejo de Paquito el chocolatero: 2 escalones palante, 1 escalón patrás. Me tumbo bocarriba. Yo no sé si el 43 me está basculando por las venas también o qué pero por un momento se produce lo que Carlos define como "efecto helicóptero". Huys, je je. Consigo quedarme sopa en aproximadamente siete segundos.
Hoy, que son las 14:35 y es otro día, quisiera disculparme públicamente ante todos los que ayer pudiereis haber recibido un mensaje al respecto de Gran Vía, las tostas y las ventosidades.
jueves, 17 de abril de 2008
En un chiringuito de la calle Mayor
NOTA DE ÚLTIMA HORA: Las inclemencias del tiempo han hecho que se suspendan los faustos de esta noche. Habrá que esperar hasta nueva convocatoria.
Buenas,
un breve inciso únicamente para publicitar que nuestro amigo Carlos, protagonista de la anterior casicrónica, recita este sábado en la calle Mayor de Alcalá de Henares, por eso del día del libro y tonterías semejantes que se montan las editoriales pa vender a los comprometidos con los días de.
El caso es que, ahora ya en serio, en algún lugar indefinido de la calle Mayor de Alcalá de Henares, pondrán un altillo y nuestro amigo Carlos deleitará a las masas con sus poemas, más viejos y más nuevos, incluyendo -imagino- algún gran éxito del Cuaderno de la Luna. Y alguno del Cuaderno Rojo que recibí el año pasado en mi residencia holandesa, espero, que me gustaron incluso más.
Como aún no tengo información más precisa, hasta aquí podemos leer. Cuando sepa santo y seña, modifico este miniartículo pa que ustedes lo bailen.
MODIFICACIÓN DEL ARTÍCULO A VIERNES 18 DE ABRIL: Parece ser que los organizadores del evento son unos jipis y el jolgorio empieza a las 22.00
Nos pasmaremos de frescuno y nos pasaremos por agua, pero merecerá la pena, digoyo :-)
Yo sólo espero que esta vez, por fin, se desnude. En los anteriores recitales, mucho ponerlo como reclamo, pero al final, ná :-)
domingo, 13 de abril de 2008
La cartera y Carlos Neruda
En la librería donde trabaja mi amigo Carlos entra puntualmente cada mañana a las 11:43 una cartera con carrito que les hace entrega del correo del día, con sus facturas y sus pedidos y su publicidad de Pescanova. Esto ha sido así desde el inicio de los tiempos (es decir: cuatro años).
Pero un día, algo vino a romper la indeferente monotonía del tenga usté este certificado, firme aquí, muchas gracias. A las 11:43 de una mañana de martes no fue la cartera de siempre lo que entró por la puerta, sino la mozalbeta delgadita de pelo castaño que la iba a sustituir.
Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, mierda domingo, a ver si ya llega el lunes, martes, miércoles, jueves, viernes; y así sucesivamente cada semana Carlos dejaba puntualmente lo que estuviera haciendo a las 11:41 para aguardar expectante la entrada de la neocartera.
-¿Hola? Oiga, ¡oiga!, ¿sigue ahí?, soy Manolo de Juma, ¿sigue ahí?
Pero por más que en interlocutor se desgañitara al otro lado del teléfono, Carlos sólo tenía oídos para percatarse de la apertura de la puerta, con los ojos clavaos en el 3,1416 tallado en madera que decora el friso de la librería.
-(trintrinchintrin) ¡Hola, buenos días, Carlos! ¡El correo!
-(me ha dicho "Hola buenos días CARLOS", seguido de "el correo". Analízalo bien porque esto es que está esperando que la invites al cine. Tú mira pabajo y haz como que ah qué sorpresa tú por aquí) Hola 'nos días.
-Pues venga, hasta mañana. (Trintrinchintrin)
Y así día tras día, la curiosidad de nuestro amigo Carlos por la cartera iba in crescendo, como in crescendo iba el tiempo que ésta pasaba charlando con nuestro amigo y la materia de estudio que ésta le propocionaba("qué querrá decir exactamente con "firma aquí", yo creo que es una sutil estratagema para poder analizar mi escritura... Seguro que si salgo ahora me la encuentro en la esquina repasando mi firma con el dedo").
Hasta que un día, la cartera (trintrinchintrin) añadió un "¡bueno, pues me despido, que ya he terminado la sustitución!" al recoger el boli. El conejillo desvalido que había estado reprimiendo Carlos todo este tiempo se asomó desbocado por los ojos y exhaló, sin permiso de su dueño: "¡¡¿Cómorl??!!". Ella respondió que la cartera titular había vuelto, así que su cometido allí había terminado.
(Carlos por dios di algo que esta tía se va y no la vuelves a ver en tu puñetera vida. Carlos macho di algo que mírala que está ahí de pie en plan "pues nada, pues tal, pues me voy a tener que ir yendo"... Carlos coño que te lo ha puesto en bandeja, a ver por qué si no te iba a decir que es su último día, Carlos, por tu madre, que se pira que se pira que se pira, "te gustaría tomar un café una tarde", "te gustaría toma un café una tarde", repeat after me, "te gustaría tomar un café una tarde", ¡¡Carlos joder que se ha dao la vuelta y ya está abriendo la puerta Carlos host...!!!)
-¡¡¡¡¡ESPERA!!!!!!
La cartera se para en seco ante tamaño producto de la caja de resonancia y se gira, poco a poco. El suficiente poco a poco para que el Paquirri que ha soltado semejante berrido salga por patas de ahí y deje solo y en pelotas a Carlos y a su conejillo desvalido.
-¿Te...
Ella se gira del todo
-¿Te... (glups)
Ella se está acercando al mostrador, donde está sentadito Carlos en su taburete, hasta que se sitúa exactamente frente a él y a unos 20 centímetros de distancia
-¿...Te gusta mi camiseta?, consigue articular por fin nuestro protagonista, mientras tira del extremo de la prenda, amarilla, en la que se puede leer "XVII ruta en bicicleta Vega del Henares", a fin de mostrarla en todo su esplendor.
viernes, 11 de abril de 2008
Aportaciones al pie
viernes, 4 de abril de 2008
Herr Schneider
Hay un señor que me pretende. Cualquier día de estos, en plena reunión semanal look and feel-Los Pajaritos, recibiré una llamada en el móvil desde su Alemania natal, esa que regularmente visita por quehaceres laborales, para ofrecerme una boda por poderes. -"Sí, ¿oiga? ¿Frau Tremolinen? Mire, que le llamamos de aquí del juzgado de paz de Colonia, que tenemos a un individuo que dice llamarse Herr Schneider y que presenta una solicitud de matrimonio para con usted. Que si firma".
Mi primera conversación con Herr Schneider consistió en que él me dijera que era alemán, que llevaba poco tiempo en Madrid y que era "trainer" de profesión. "¡¡Jei, tú eres Bernd Schüster!!", contesté yo, tan ufana. Él me observó atentamente durante un intervalo de cuatro segundos y, acto seguido, indicó, preocupado: "No".
En ese momento yo ya intuí que no estábamos hechos para fundar un hogar. Conclusión ésta avalada por el hecho de que, no contento con abrirme continuamente las puertas de los sitios para entrar y salir, se empeñe también en ayudarme a ponerme y quitarme el abrigo, alcanzando así el posgrado en gentlemanería. Pero en fin, es lo que tienen los votantes de Merkel.
El caso es que, desde entonces, Schüster y yo hemos venido quedando de vez en cuando para charlar de tonterías, no sé: la reunificación alemana, el sistema público de enseñanza, las posesiones de Honecker en la época de la Stasi. Bien, vale.
Pero anteayer, Herr Schneider decidió atacar Polonia. Habíamos quedado y, tras charlar largo y tendido frente a un zumo de tomate al respecto de la Vergangenheitsbewältigung (o superación del pasado historico alemán, para los que en sus ratos libres hayan preferido leer las obras completas de Los Cinco), convenimos proceder a la ingesta. "Conozco un sitio por aquí cerca que me gusta mucho", sugirió.
-¡Aquí es!
-No Schüster, esto es la Puerta de Alcalá. Ahí no dan comida.
-Sí, sí: ¡¡aquí!!
Nos aproximamos a un misterioso portal donde dos tipos muy grandes naturales de Medellín aguardan en la entrada. A través de los cristales, veo neones azules y rosas y candelabros dorados.
-¿Ustedes tienen reservasión?
-No
-Pues sin reservasión no pueden entrar
Pues menos mal, porque pa mí que ahí dentro nos íbamos a encontrar con el elenco de Sin Tetas No Hay Paraíso, y a mí me iban a echar por Belcebú.
-¡¡No te preocupes, Schneider, que conozco yo otro sitio por aquí cerca!! (comento, ya salivando, pensando en mi queridísima Finca de Susana)
-¡Sí! ¡Llévame a un sitio con delicatessens, tranquilo, recogido, íntimo, con música! (Su rostro, antes compungido, pasa a llenarse de esperanza al citar estos parámetros. A tomar por culo La Finca)
Acabamos en Artemisa. Comida vegetariana, sob. Venga Tremo aguanta, que al muchacho le hace ilusión el pastel de champiñones con foie.
En fin. Yo reconozco que con lo del "íntimo" igual yo ya podía haberme olido algo, pero nací torpe para muchas cosas, entre ellas, las lides de las relaciones afectivas, y a mí, o me lo espetan directamente, o no me percato del tango hasta que tengo a un señor encima y concibo que igual está tratando de decirme algo.
El caso en que en la cuenta estábamos cuando Schneider pasó a mayores: me acarició la mano.
De acuerdo a la idiosincrasia alemana, que te acaricien una mano es el equivalente a que aquí te presenten a la familia el día en que los tíos, primos y cuñados van a comer la paella del domingo. Así que yo noté por el esófago un ¡¡¡¡¡...!!!!! muy ilustrativo, y debí de ponerme tan tensa que, de haberme alguien dado un golpecito en la oreja en ese momento, hubiera sonado un acorde.
Ahí estábamos la cuenta, sobre ésta mi mano, sobre ésta la suya, y sobre ésta mis ojos clavaos como dos katanas.
"Bajo ningún concepto, cómo vas a pagar tú..."
Buuuffff, punto de ebullición interna, Tremo di algo, Tremo di algo, hay que salir de esta, cambia de tema, Tremo di algo, cambia de tema
-Pues está bonita la ebanistería del local!!
-Eh... pues... sí. Este... ¿vamos a tomar alg
-¡¡¡¡Yaaaaawn (bostezo), estoy muerta, uff, qué cansancio, je je, ¡y mañana a madrugar otra vez!, ufff,qué sueño, yaaaawn... me tendría que ir a la cama, je je!!!
-...Bien, te acompaño a casa
-(¡¡¡¡¡!!!!! aydiosmío)
Paseo a 45 rpm Las Cortes-mi hogar. Ahora que ya soy consciente, presto plena atención por el rabillo del ojo a la persona de Schneider. Me mira raro, aunque no sé bien si es una mirada del tipo "oh mi musa cómo te idolatro" o del tipo "pues sí, yo creo que así en pedacitos una semana sí me aguanta en la nevera". Seguimos caminando a gran velocidad. Yaawn, qué sueño, yaaawn. Pasamos por el Teatro Real. -¡Podíamos ir un día a la ópera! -(¡¡¡Pero cómo coño se ha enterao este tío de que me gusta la ópera!!!) Sí, uh, bueno, no sé, un día de estos, YAAAAWN!
Por fin llego a mi casa. Qué torpe eres Tremo qué torpe eres Tremo!!
Y el caso es que hay una cosa que sí me gusta de él. Es el único habitante de Madrid capaz de pasearse por la Villa y Corte a las 12 de la noche con un traje claro, sandalias, y un jersey azul de lana gorda anudado a la cintura.
martes, 1 de abril de 2008
"No estamos de paso" visita La Tremolina!!=0
[Es este un inciso para decir que, hace unos escasos 30 minutos, me he quedado con los párpados que me daban la vuelta p'atrás al encontrarme aquí en La Tremolina con un comentario remitido por "No estamos de paso", de los que ya hemos oido hablar en la crónica "El horticultor autosuficiente". Copiopego aquí la respuesta que he dado al comentario, pa hacer los honores (y hacerles publicidá, de paso, por si alguno cometéis la imprudencia de no revisar al menos semanalmente los comentarios que se van haciendo a cada crónica desde el inicio de los tiempos. "Kosovo: la última cicatriz de Los Balcanes" de nuevo en la Filmoteca de Madrid mañana. día 2 de Abril!!. La respuesta al comentario reza:]
Toma ya.
No me lo puedo creer. No me lo puedo creer. Cómo los hilos del mundo se confabulan pa tirar a la vez de ambos extremos y hacerlo piccolo, piccolo, de tal forma que la matriz de cuatro dividida entre la raiz cuadrada de tres dé como resultado que estos señores acaben en La Tremolina. Mejor no me pregunto cómo ha sido, que acabaré con una camisa blanca con cintas que te dan la vuelta y diciendo que Carrillo y yo vamos a arreglar el mundo, como mi vecina en pleno Mercado de los Mostenses en el año 72.
Haré un pequeño inciso serio y curricular (al que no acostumbro) para decir que, vicisitudes mediante, me tiré casi 2 años habitando en La Haya, así que cierto contacto con el tema exyugoslavo sí he tenido. Y este documental de referencia ("Kosovo: la última cicatriz de los balcanes") es con diferencia uno de los más completos y rigurosos que he visto, mucho más merecedor de exihibirse en la filmoteca de allí ("Filmhuis Den Haag") que la mayoría de los que se exhibieron en el último ciclo al respecto, ciclo organizado por la embajada francesa y el ya mentado Tribunal.
Bueno, que gracias múltiples y completa reverencia hacia ustedes por vestir a La Tremolina de largo, y sean muy bienvenidos. Pasen y vean.
Y sigan kosoveando!!! (y yo que lo vea, también)