El Que Me Acompaña era un tipo gris que todas las mañanas a las 9:14 puntualmente cruzaba la puerta del banco en el que trabajaba en dirección a su cubículo. Allí, rodeado de biombos y armarios que tapiaban hasta el último centímetro cuadrado de ventanal, se entregaba con esmero a la desidia, el hastío y el deseo de una vida mejor, hasta que el reloj indicaba la hora en que era menester volver a cruzar la puerta del banco puntualmente, esta vez en dirección contraria, hacia la libertad. Entre medias, se dispensaba unos minutos cada jornada para compartir conmigo, correo electrónico mediante, sus más valiosos hallazgos: combinaciones inverosímiles de apellidos de clientes ("Había Coca", "Zorrilla de Matilla"...), imposibles celdas de hojas excel ("¿Financia terrorismo? Sí/No"), y tantas otras vicisitudes del mundo financierocontable. Así cada mañana de cada día, hasta que un buen día de esos se le ocurrió cambiar de trabajo, concibiendo incluso la posibilidad de que exisitera un más allá en el que no hubiera que llevar corbata ni pantalones de pinzas.
Varias semanas y entrevistas después, su anhelo se materializó en un nuevo contrato laboral. Sin corbatas y sin pinzas, con horarios flexibles y con comida. Entró a formar parte de la industria del entretenimiento.
Desde entonces, parece menos gris. Habla con freaks de la informática que acuden masivamente a ferias de videojuegos, tiene un total de tres neveras a su disposición donde guardar los tuppers que se lleva de casa (sin necesidad de disimular una neverita de campaña -adquirida entre los compañeros- en el interior de alguna cajonera, porque esté prohibido tenerlas, como en la anterior empresa), y lo más edificante de todo: se sienta junto a una ventana con vistas a la pista de padel del gimnasio de al lado y a un muro de hormigón. Eso es vida.
Al segundo día, le pasaron el primer encargo.
-¿Tú estás en adult, no?
-Eh, phm, sí...
-Hay que arreglar este vídeo, que cuando se lo bajan, no rula bien.
El que me acompaña abre el vídeo. Lleva por título "Jovencita casera se quita las bragas para ti".
Él esto no lo sospechaba. Sabía que iba a lidiar con tonos, politonos y marca 7554 para pacman. Pero de las jovencitas caseras no sabía nada. Se pone manos a la obra con el vídeo. Parece ser que el culete se queda enganchado y ya no baja el resto de la filmación. Pues nada, habrá que solucionarlo...
No he vuelto a saber nada del vídeo (ni de ese, ni de otros). Pero él lleva unos cuantos días paseandose por casa con una corona de cartón que venía con el roscón que trajo mi hermana por Reyes. No sé si tendrá alguna relación. El caso es que él llega a casa, deja las cosas, se cambia de ropa y se instala la corona. ¿Que va al baño? Con la corona. ¿Que entro a la cocina y está recogiendo el lavavajillas? Con la corona. ¿Que estamos cenando? Con la corona. ¿Que nos vamos al sofá a ver la tele? Con la corona. Y parece bien consciente del hecho. Ayer mismo me dijo: "Anda que, ¿te imaginas que llamara ahora a la puerta la del está el príncipe y abro yo?".
Normalmente acostumbra a dejarla en la mesilla por la noche al irse a la cama. Pero el otro día lo sorprendí durmiendo con la corona. Le hice una fotografía que lo atestigua. No voy a compartirla con ustedes. Primero, porque lo deja a la altura del betún. Segundo, porque me la guardo para eventuales negociaciones de divorcio.
El Transmongoliano
Hace 11 años
6 comentarios:
Mi pregunto si la corona la lleva puesta también en esos momentos íntimos...
Jovencita casera se quita las bragas para ti. Aix, ¿dónde quedaron títulos como ¿Porque No me llaman Curro Jimenez si tengo este trabuco? o Sin bragas y a lo loco? Si es que ya todo debe ser explícito... Una pena.
Lo de la corona: si sigue poniendo la mesa y haciendo la cama, no se preocupe. Hasta puede decirle que le sienta bien. Preocúpese cuando quiera cazar osos borrachos, por ejemplo.
Cuídese,
Jafuda
Yo, francamente, después de leer lo de que entraba a su trabajo (el anterior) a las 9,15 ya no he querido saber más...
Hombre, Jurisconsulto, porque usté últimamente y según la tele, en el suyo se lo debe de pasar pipa... :)
Mas bien "chupi" doña Tremo, chupi...
Me alegro del cambio de trabajo; menuda diferencia: entre estar todo el dia lidiando con datos, terminos bancarios etc. y verselas con jovencitas en bragas..... hasta yo me hubiera cambiado.
En cuanto a lo de la corona, no te preocupes, no es grave (mientras no te obligue a hacerle reverencias al cruzaros en el pasillo) yo se de uno que después del desayuno, se pone el mono, baja al garage y aunque no haga nada, esta con el mono hasta la hora de comer; pero lo grave es que cuando bajo está oyendo radio intereconomia y digo yo ¿Que hace un tipo con mono de trabajo oyendo esa emisora? a mi me parece igual que ver a un submarinista escalando el Everest. Mamma, mia.
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