Efemérides

1 de febrero: Nace Norman Rockwell (1926)

martes, 7 de septiembre de 2010

Glamour

Desde hace cosa de dos meses, llega puntualmente a mi buzón y a mi nombre la revista “femenina” Glamour. El primero de los números que llegó venía acompañado de una nota en la que el equipo directivo de Glamour me felicitaba por haber sido ganadora de un sorteo en virtud del cual se me adjudicaba una suscripción gratuita a la mentada publicación. Definitivamente, el departamento de marketing de Glamour no debe de ser muy avezado en nuevas tecnologías: con un vistazo que le hubieran echado a mi historial de cookies y clicks en interné, hubieran descubierto que más habrían ganado suscribiéndome a, qué te voy a decir yo, Pelo pico pata, Car & Driver o Avion Revue, mismamente.

Pero el caso es que ahí estaba. Glamour, versión bolsillo. Mirandome fijamente desde la rendija del buzón. La observo de soslayo. Somos dos perfectas desconocidas, nos conocemos sólo de oídas. Bueno. Vale. Te voy a abrir. Puede que después de todo no seas tan mala como mis prejuicios me invitan a pensar.

Al cabo de tres páginas ya no sólo sospecho: ya sé de forma fehaciente que las revistas “femeninas” las diseña el mismo tío que se inventa los anuncios de compresas. No puedo, de verdad, no puedo ni he podido nunca comprender qué perturbada mente ingenia los anuncios de compresas, salvaslips, tampax y varios y obliga a la población civil a convivir con las Tanga Girls, el buenos días frescor, los me gusta ser mujer y el vomitivo hola, soy tu menstruación con reminiscencias Ágatha Ruiz de la Prada que definitivamente, en lugar de hacerte sentir identificada con el género femenino, te convidan a hacerte sentir identificada con el género gilipollas. Bien, pues tengo la concluyente sospecha de que las revistas “femeninas” salen del mismo tarro. Es ver tres páginas y sentir que me están llamando imbécil.

Yo me pregunto, de verdad, me pregunto cómo es posible que una publicación orientada a ese concepto etéreo que son las mujeres “profesionales”, es decir, ejecutivas agresivas que saben lo que quieren, independientes y timoneles de su cama y de su cuenta corriente, que nacieron en el ideario cinematográfico estadounidense del último siglo, decía, cómo es posible que ediciones que se venden bajo ese estandarte presenten, en negrita y en portada, contenidos tales como “10 trucos para no fallar en la primera cita”, “830 looks de verano para impresionar” o “Sexo: qué quieren ellos en la cama”. Me lo pregunto principalmente porque creo que hay que ser muy gilipollas para no darse cuenta de que a esa profesional del mundo empresarial de película, en sus treinta y equis años, se la traen al pairo todos esos titulares, bien porque a estas alturas de la película no le vayan a contar nada nuevo, bien porque a estas alturas de la película semejantes pubertadas le importen tres cojones.

Y es que definitivamente, con mirar tres páginas más, uno se da cuenta de que Glamour, como tantas otras, no son más que una Ragazza a la que hayan cambiado las páginas publicitarias de Mango por las de Burberry o Chanel. La Ragazza, que era eso que adquiríamos cuando empezamos a llevar bolso y a pintarnos los morros y a considerar que la etapa Super Pop se quedó atrás con la EGB, y ya iba siendo hora de saber cómo piensan los Sagitario o qué no debes decir si quieres volver a verlo o cómo maquillarte los ojos para que no te pidan el carné en Kapital.

Es este un país donde no hay forma de hacerse con una revista de actualidad interesante que no incluya tetas en portada e interiores (y ni siquiera las que incluyen tetas son ya lo que fueron), un país en el que o te gusta la historia o los barcos de vela o la caza del tordo o no hay forma de localizar algo impreso que te interese, y ni por esas, porque las revistas de historia (por poner un poner) parecen a veces un epígrafe de Las Tres Mellizas van al museo. Y ni siquiera el último baluarte que a mí me quedaba, El País Semanal al que me agarraba con uñas y dientes, ha sobrevivido. Ay, mi País Semanal, que cada vez es más… glamouroso.

Y luego dicen que con la crisis están cerrando muchas revistas. Coño, pues ya era hora.

7 comentarios:

La Tremolina... dijo...

Quizá alguno de los periodistas que por La Tremolina se pasean, pocos en número pero muchos en estadística, sean capaces de explicarme por qué cojones no tenemos en España revistas de actualidad respetadas y respetables. Tipo The Economist, Foreign Policy, Time, Newsweek, Der Spiegel, Stern...

Anónimo dijo...

Grande, Tremo, muy grande!

Y contestando a su pregunta... No tenemos grandes revistas porque no tenemos grandes periodistas. De los de verdad, digo. Y porque los que alguna vez han intentado serlo no interesaban a las empresas para las que trabajaban. Digo yo.

R

dezaragoza dijo...

No soy periodista pero esta te la respondo yo: porque el nivel medio no llega (en primer lugar, sería un negocio ruinoso (en segundo lugar) y porque no quieren que el nivel medio llegue.

Si llegara la gente pensaría y sería un problema político de primera magnitud.

Por otro lado un ejemplo para ver dónde se han quedado esas mujeres agresivas de... en realidad los ochenta: hoy un compañero de trabajo que viene de la zona del oeste para reforzar la plantilla (durante tres meses) me dice ufano: "tú te vas a venir conmigo al oeste, quiero trabajando conmigo gente como tú". Y yo le digo: "¿y qué hace mi novia con su trabajo?".

Para abreviar: primero sorpresa, segundo interpretación de que al ser mujer era un trabajillo de media jornada "para entretenerse", nuevo schock al enterarse de que no, que es segunda jefa de un departamento. Y luego flipar otra vez por la situación.

Bienvenidos a la edad media con tecnología, damas y caballeros. Dios manda, los hombres pueden y las mujeres... son glamurosas. Menos la Tremolina, claro, que es una rara. Y mi novia.

Ana Victoria dijo...

Porque tampoco tenemos empresarios con protuberantes gónadas masculinas o femeninas que se atrevan a apostar por ello. Dichos empresarios consideran que el público está compuesto de borregos, cuando lo que está es aborregado y despreciado.

mami-mami dijo...

Cierto... cuanto más aborregado esté un pueblo, mejor se le manipula y si nos dan cosas interesantes que nos hagan pensar.... malo.
De todos modos ¿para que cres que hay en el portal una papelera? pues, para tirar la publicidad y las revistas "chorras" (eso si, quitando antes tu nombre y dirección) además ¿quien le ha dado a esa revista tu nombre etc.? desde luego yo no he sido porque antes se la doy a "Jara y Sedal" . Besitos Tremolineros.

Anónimo dijo...

De acuerdo con casi todo lo dicho (el "casi" es por dezaragoza, cuando afirma que las únicas dos mujeres no glamourosas son la Tremo y su novia. Señor dezaragoza, le advierto: somos más).

Y por si sirve para dar más pistas, les recomiendo esta lectura:

https://eldescodificador.wordpress.com/2010/09/08/el-periodismo-esta-muerto/

R.

el jurisconsulto del reino dijo...

Señor dezaragoza, con todos los respetos, ¿que la Tremo no es glamourosa? ¿Usted la conoce?