En Madrid, en la calle Martín de los Heros esquina con Marqués de Urquijo, hay un señor de bigote y gabardina que todos los días puntualmente, a eso de las 11:30, sale al balcón de su segundo piso y exclama:
-¡Rojos! ¡Hijos de puta! ¡Socialistas! ¡Rojos!
Y concluye su locución con un definitivo “¡Arriba España!”, tras el cual procede a introducirse de nuevo en los metros útiles de su vivienda.
En mi patio de vecinos, en el bajo, vive una señora que también puntualmente cada mañana o cada tarde o cada noche sale al patio comunal y la emprende a insultos con alguno de los vecinos, o con las propiedades de alguno de los vecinos si no encuentra ninguno disponible (ventanas, tiestos, ropajes tendidos). El otro día me tocó a mí:
-¡Guarra! ¡Cacho guarra! Tiene mi amiga un patio en Móstoles que parece un patio andaluz… y aquí en este vecindario… qué vergüenza… ¡cacho guarra!...
Todo esto me comentaba mientras yo regaba mis macetitas. Ante lo cual, lógicamente, procedí a saludarla con la mano y a sonreirle de oreja a oreja.
-¡¡¡¡¡Y encima saluda, la muy guarrrrrrra!!!!!
Al cabo de unos días, sin embargo, me la encontré en el portal al ir a tirar la basura, y en esa ocasión ya no fui la guarra, sino el receptor ideal al que contarle varias veces seguidas y sin respirar la misma historia, con la mirada un tanto perdida, al respecto de la ropa que llevaba a la iglesia para los niños pobres, mientras me dedicaba sonrisas y afectos cual Padre Abraham a los pitufos.
Es alarmante el número de locos que hay en Madrid. Imagino que será aproximadamente el mismo que exista en otras metrópolis de su mismo tamaño y, sobre todo, características. Hace mucho que lo observo, pero cada día lo contemplo con mayor preocupación. Principalmente, porque veo en mi persona un sujeto muy susceptible de acabar engrosando las filas de los arriba mentados.
Madrid es un lugar propicio para convertirse. Cualquiera con una pizca de sensibilidad vive en Madrid como en un caldo de cultivo. Más aún si la sensibilidad no es una pizca, sino algo que rebose por los oídos.
La prisa, el ruido, la despersonalización inducida, la deshumanización forzada. La falsificación de lo lícito. La insensibilización convertida en hastío, el hastío convertido en norma. No todos sobreviven con sus facultades intactas: la coraza de ocasión viene sin garantía.
Todos los días, por todas partes. El señor Miguel, que a las tres de la tarde pone las marchas militares a todo volumen en el piso de al lado del de mi hermana. El peonza, que baja desde Argüelles hasta Plaza de España girando sobre sí mismo. La señora negra en sus cuarenta y tantos años que pasea lentamente por Bailén con los ojos desencajados. El chico con gafas que se dedica a colocar y recolocar libros de forma compulsiva en la Casa del Libro, como si allí trabajara.
La Tremolina, a carcajada limpia ella sola en un banco de la Plaza de Oriente. Espero que, al menos, tenga un matasuegras en la mano y un paraguas abierto.
El Transmongoliano
Hace 11 años
11 comentarios:
Es en este punto donde uno puede elegir su locura particular. Más que nada para que al menos sea algo elegido y, si bien no constructivo, al menos amenizante. Ya puestos a convertirse, hágalo usted con la elegancia que le caracteriza. Bien estaría ver en su exterior a la decimonónica que lleva dentro.
¿qué es un matasuegras?
Está bien, Dezaragoza: cambio el paraguas por una sombrilla de mano :)
Jajajaj, Paola! No negarás que ya sólo por haberle puesto a algo ese nombre nos ´merecemos indulgencia con respecto a la colonización! :D
Esto es un matasuegras: http://www.google.com/images?hl=es&source=imghp&q=matasuegras&gbv=2&aq=f&aqi=g1&aql=&oq=&gs_rfai=
(Una de esas cosas que en Nochevieja y fiestas de guardar se sopla y se desenrolla y hace ruido y la gente hace gala del idiota que lleva dentro, de forma consentida y comunal)
¿Qué es un paraguas?
¿Dónde has visto tú los pitufos (O en qué idioma los has leído / visto)? Me ha sorprendido lo de "papá Abraham", más que nada porque aquí se le llamó "papá Pitufo" sin más. Curioso.
Tan curioso como la falta de referencia de Bananaman. El sábado pasado vimos a uno disfrazado de este superhéroe. Al carecer de referencia no lo identificamos y una chica malagueña (por ejemplo) nos dijo quién era. Eso sí, al preguntarla dónde veía esos dibujos, no nos supo decir...
Txetun: es que una cosa es Papá Pitufo, y otra, el Padre Abraham! Investiga, investiga... y cuando lo hayas hecho, te recomiendo la "pitufocerveza": http://latremolina.blogspot.com/2008/02/de-la-incompatibilidad-entre-la.html
Lo de ir de Argüelles a Plaza de España haciendo la peonza tiene que perjudicar muy mucho...
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