Efemérides
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Antes escándalo público que morir de rodillas
sábado, 13 de septiembre de 2008
Djordje cuenta a ti cosas más interesantes que cosas en papeles
Estimados feligreses buscadores del nirvana literario:
No tengo palabras. No tengo palabras. Lo que sí tengo es mucho morro. Y algo de desidia, con una cucharadita de café de incertidumbre (pero buena).
Resulta que La Tremolina se ha erigido en desempleada premeditada. Quiere esto decir que estoy en la puta calle, principalmente. Después de algunas semanas de pensar y repensar y decidir que lo mejor era volver a pensar, macerándose así la fantasiosa idea, llegué una mañana a mi oficina, entré en el despacho de mi Señor Jefe, y le dije: "caballero, que venía yo a decirle que me retiro". "Pero, ¿tú sabes lo que quieres ser de mayor?" respondió él, entre otras diversas cosas. "Sí, por supuesto. Yo de mayor quiero ser mantenida. Pero entretanto, veremos a ver cómo me saco las castañas del fuego" -pensé yo así pa mí.
Desde entonces, el cerebelo se me ha ido llenando de pop-ups que ando minimizando hasta que alguno se quede al final. "Volver a hacerme autónoma"> minimizar. "Buscar trabajo en algo de escribir"> juuuuuuuuuuuaaaaaaaaaaaasssssssssssss minimizar. "Darte con ahínco al estudio de la historia contemporánea"> hmmmm... minimizar. "Volver al redil, cortarte el pelo y buscarte un trabajo que dé pa pagar una hipoteca"> psch, minimizar. "Aprender a tocar la flauta, vestirte de jipi y recorrer la geografía española"> minimizar.
Entretanto, he decidido irme de vacaciones, para celebrarlo. Y volver a las andadas con ello: me voy a ver serbios. Con el que me acompaña, que es un inocente y cuando me dijo que se venía yo pa mí que es que confundió Balcanes con Bretaña o algo así, y ya le veo a la vuelta contandole a las gentes que los galeses tienen un acento muy fuerte. Pero yo por si acaso, callada como una puta.
En fin. Quiere esto decir que próximamente La Tremolina sufrirá en silencio sus hemorroides por espacio aproximado de 15 días, en los que, por cierto, desentrañando desentrañando el itinerario mapa en ristre, al final parece ser que pisaremos un total de 6 países y medio, cual japoneses ávidos de kilomatraje. Pero es que es este nuestro reino tan vasto y fermoso que se nos hace raruno cuando otros reinos tienen en total en todo su ser la población de Valladolid (si llega).
No quisiera despedirme hoy sin relatarles mi recién estrenada amistad con Djordje. Sucede que, en mi bucólico pensar, me dio por llamar a la Embajada de Serbia para preguntar si tenían departamento de turismo.
-Zrdaviohjf hvraltj Srbija, djvbibh vnvn sprska 1, Bienevenido a la Embajada de Serbia, para ser atendido en español, pulse 2.
-2
-Para atención de visados, pulse 1. Para atención sobre exilio, pulse 2. Para cuestiones políticas, pulse 3. Para prensa y cultura, pulse 4.
-(... ... ¿prensa y cultura?... ...) 4
-Embajada de la República Serbia, buenos días.
-¡Buenos días! Verá, es que me marcho de vacaciones a Serbia y quería saber si tienen ustedes departamento de turismo, o quizá algún folleto, mapas...
-...
-...
-... ¿Usted va Serbia? ¿Usted periodista?
-¡No, no! ¡Voy de vacaciones! [si aquí le ponéis el tono Torrente, es tal y como me sentía en ese momento]
-(...) No, no tenemos departamento de Turismo. Pero yo conozco bien Serbia, usted viene aquí un día, usted llama y pregunta Djordje, hacemos una cita, Djorjde cuanta a ti cosas más interesantes que cosas en papeles.
Estoy convencida de que, tras colgar el teléfono, salió corriendo escaleras abajo por la embajada, emoción mediante, gritando: "¡¡¡hay una tía que se va de vacaciones a Serbia!!! ¡¡Nos ha llamado una tía que se quiere ir de vacaciones!!".
Así que ayer fui a mi cita con Djordje, que me contó la Historia completa de las tierras que ocupan ("y vienen los serbios, y entonces vienen los turcos, y luego vienen los serbios, y otra vez vienen los turcos, y luego vuleven los serbios..."), y me habló de valles, monasterios y carreteras a lo largo y ancho del país. Dejó patente su estatus diplomático en cuanto le menté Kosovo, y me dio las gracias por interesarme por su país y sus gentes, amén de su tarjeta, en la que se lee "Ministro Consejero".
A qué tanto preocuparse por qué será de mí cuando me entre hambre. ¡Si vuelvo a codearme con las altas esferas de la intelectualidá!