Cuando Cómplices cantaba "Es por ti", yo tenía nueve años. Mi hermana tenía dos y apenas hablaba, la jodía tardó muchísimo en hablar, indicando así ya entonces una predisposición en su fuero interno a llevar la contraria. Sin embargo, cuando aparecía Cómplices en la radio, nos arremolinábamos las dos en torno al radiocasete, los ojos ansiosos mirando alternativamente al dial y a las pupilas de la otra, todo bajo control, se acerca el momento, madrugada, balanceo nervioso de las bocas y los cuerpos, para colarse, ya está aquí yastaquí yastaquíiiiii, por tu ven sonrisa enorme de satisfacción anticipada TANAAAAAAAA!!!!!!!, y mi hermana y yo soltábamos el tanaaaaaa al unísono y a grito pelao, sensación del trabajo bien hecho, una de las pocas cosas en las que nos sincronizaríamos a futuro. Ese par de sílabas eran las únicas que la jodía era capaz de repetir de toda la canción, de las pocas que en general pronunciaba a sus dos años de edad, y las dos nos lo pasábamos pipa y disfrutábamos como las enanas que éramos con ese tana bien plantao, justo a tiempo, lo hemos vuelto a lograr, satisfacción de hermana mayor que le ha enseñado algo a la pequeña, satisfacción de hermana pequeña de la que vuelve a estar orgullosa la hermana mayor, si tuveramos más años nos fumaríamos un cigarrillo postcoital.
Han ido pasando las décadas y todavía nos reímos cuando nos acordamos del tana, y todavía de vez en cuando coreamos un tana al unísono, pupilas que se entienden y se encienden una milésima de segundo. Han ido pasando las décadas y mi hermana habla más, a veces demasiado, y yo hablo menos, a veces demasiado poco, y a veces justo lo contrario. Ella mantiene ciertos complejos de hermana pequeña, y yo ciertos complejos de hermana mayor, que ambas nos negamos a admitir. Ese tiempo ha confirmado lo que ya se perfilaba entonces: que no podemos ser más diferentes, que estamos abocadas al fracaso comunicativo si pasamos demasiados días bajo el mismo techo. Sin embargo, también ha confirmado que no hay ampolla que el tana no cure cual compeed de la memoria. Es mi hermana pequeña, la quiero de esa forma ta irracional que hace que no pueda sino hablar maravillas de ella frente a otros y temerla y enfrentarme a ella sin embargo cuando la tengo cerca y me cerca; de esa forma tan animal que hace que la pegue collejas en casa pero ay de tí como se te ocurra pegarle una en el cole, eres hombre muerto aunque pierda las gafas.
Esta mañana estaba ordenando la casa y mi versión moderna del radiocasete de repente ha expelido a Cómplices. Y he pensado en ella, y he sonreído, y la pupila se me ha encendido un segundo, y he cogido el whatsapp y le he enviado a mi hermana el correspondiente tana voz mediante, Teo y yo a grito pelao. Y espero que ella lo escuche y se le encienda la pupila un momento y comprenda que han ido pasando los años y que yo la quiero y la temo y la respeto y velo por ella y le daría a veces dos hostias y otras muchas la arrullaría si se dejara y en esta eterna contradicción e impotencia siempre, siempre, siempre estaré allí para ella, como entonces.
"Es curioso cómo puede el niño sobrevivir en el adulto" (Romain Gary, La promesa del alba)
El Transmongoliano
Hace 11 años