Hoy ha venido un chino en la oficina y me ha entregado una cajita con dos bombones en su interior, mientras me dedicaba un "Happy Valentine". Yo le he preguntado que en qué podía ayudarle, que es una forma elegante de decir y tú qué (coño) quieres, y me ha dicho que nada nada, que era solo por tener un detalle conmigo. Ah pues muchas gracias, adiós, adiós. Y aquí estoy, comiendome los bombones de Chocolatier Suisse.
Desde que trabajo para un señor jerárquicamente gordo, me salen amigos por todas partes. Y como esto es Suiza, me regalan chocolatiers suisses en lugar de chiquilines. Yo, que soy de natural soviético, algo rudo y tirando a sequito, siempre directa, estoy que no doy crédito. Porque no sé cómo comportarme. Soy un lego en materia de dorar píldoras. Y no sé si dentro de 20 años saldrá en El País que una vez acepté dos bombones prevaricando con mi puesto de trabajo. Si al menos consiguiera corresponder a tantas atenciones con una sonrisa más profidénica...
Pobrecitos míos, no se lo pongo fácil. Soy una sota. Y una científica con necesidad de coherencia, porque juraría que ese es el mismo chino que hasta anteayer no se paraba ni medio segundo a hablar conmigo.
Confieso que algo disfruto cuando viejos conocidos que me hacen en el lodo me vienen con chulescas majaderías, sólo para conocer medio minuto después (y no porque yo se lo diga) el dato de "y en dónde estás ahora". Disfruto principalmente porque no me puede resultar más ridículo. No deja de llamarme la atención la cantidad de gente que vuelca su vida hacia el lado laboral, hacia "la carrera en la empresa", como si esta empresa o cualquier otra fuera la empresa de sus padres, esa en la que empezaron a trabajar a los 17 años y se jubilaron a los 65. Como si no hubiéramos pasado ya todos, los majaderos y yo, por reorganizaciones varias que demuestran que hoy estás arriba y mañana, mañana mismo, abajo. Y como eso te importe mucho, lo llevas claro.
En fin. Que ya me he zampado los dos bombones. A ver si viene algún otro con más.
En lo que vuelvo a estar abajo o no, me pondré de glucosa hasta las trancas.
El Transmongoliano
Hace 11 años