Queridos súbditos en busca de la alineación de los chakras,
Hace ya muchos meses que venimos escuchando que Alemania es el motor de Europa y que nuestros políticos y los del resto de los países sudacas mentan a Alemania como referente económico y estructural. Los no políticos también tendemos a maravillarnos ante la facilidad de eso que denominamos "esa gente" para organizarse en un sistema social que parece envidiable, y aquellos amantes de la Historia no pueden sino maravillarse ante la capacidad de ese país para renacer de sus cenizas cada vez que, por ejemplo, acometen una guerra mundial de la que salen mu malparaditos, o se ven acosados por un coco de patas verdes llamado crisis económica mundial.
Es posible que algunos de ustedes se pregunten qué tendrá él que no tenga yo. ¿Será la falta de sol aplatanante, que activa las neuronas? ¿Será un idioma inviable que garantiza que aquel al que se dirigen en él desde el nacimiento es asimismo capaz de idear el zeppelin o el comunismo?
No, petits saltamontes, no. Son muchas las horas que esta filogermánica que es La Tremolina ha dedicado a analizar el fenómeno, tratando de hallar una respuesta plausible. Y la ha encontrado. Y la ha cotejado con su extrarradio centroeuropeo. Y puede ahora sin miedo a refutabilidad alguna afirmar que esta teoría evolutiva que está a punto de desplegar ante sus ojos es no solo cierta sino además verídica:
La diferencia entre por qué los alemanes son el motor de Europa y los españoles no, radica en Barrio Sésamo.
Observen los diferentese estímulos con los que se han criado los hijos de ambas patrias. Comprendan el abismo educativo que nos separa desde la infancia:
Cabecera de Barrio Sésamo en Alemania (traducción debajo):
*sí, hay múltiples formas de preguntar "por qué" en alemán.
Y ahora, cabecera de Barrio Sésamo en España:
Y creo que con esto queda todo dicho.
Atentamente,
La Tremolina.