Efemérides

1 de febrero: Nace Norman Rockwell (1926)

lunes, 17 de junio de 2013

Viola Loos, Marikka Mikkola y otros grandes

Amigos todos,

Vuelvo a colarme en sus pantallas en una nueva entrega tremolínica. Mi amiga y musa DePedro ha abierto sin saberlo la Caja de Pandora de mi Afán Creador, al hacer mención en un mail a los curiosos nombres con los que se solía encontrar en cierto trabajo que tuvo. Ha desplegado en technicolor frente a mí los Archivos de Mi Memoria, en concreto aquellos referidos a personas de curioso nombre con las que me he tropezado en mis largos caminos por lo ancho y largo del continente, y que ahora, lógicamente, me veo en la obligación social de compartir con todos ustedes. Pasen y vean.

Cuando era mocica me escribía cartas con una tal C. Rubio Moreno, y con un tal J.M. Puerta Darriba. También con una finlandesa que se llamaba Marikka Mikkola, y que definitivamente está en mi Top 5. Habitando en Berlín, adquirí conciencia de la existencia de una tal Viola Loos, que para más inri estudiaba español, la pobre, y quería vivr en España. Y a lo largo de diversos puestos de trabajo me he tropezado con Rodrigo Díaz de Vivar, Massimo Memeo y C. Grauenauer. El que me acompañaba tenía clientes en su banco que se apellidaban "Zorilla de Matilla" o "Habia Coca". Y estos son los principales que me vienen así ahora a la cabeza, pero estoy segura de que habrá más, escondidos en lo más recóndito de mi inminente Alzheimer.

Y ahora, por primera vez en la existencia de este bló, voy a hacerles un ruego y pregunta. Voy a pedirles que compartan conmigo los Gloriosos Nombres que han de tener ustedes en su propio bagaje. ¡Vamos, vamos, no sean tímidos, comenten!





martes, 11 de junio de 2013

La vida te da sorpresas

Hallábame yo en el autobús de línea que diariamente me lleva a mi centro de trabajo cuando he atisbado en dirección diez menos diez a un chaval que trabaja en mi mismo centro. Es un mushasho de estos modernos con el pelo a lo Gran Gatsby y zapatos Fred Astaire, de unos 22 o 23 años de edad, de esos a los que "conoces" de cruzarte por pasillos y ascensores, de esos en los que reparas por alguna razón que suele ser mezcla de estética y actitud; ambas orientadas en dirección "mírame qué distinto que soy, qué de cuánto que valgo", y si fuera del Bronx en lugar de porejemplo Lausanne llevaría gorra patrás y diría madafacka. Bueno, esto último ya lo pongo yo como nota de color.

Total, que estaba el mushasho en dirección diez menos diez frente a mí, y llevaba adherida a su ser a una mushasha muy acaramelada, ésta de espaldas a mí, que proyectaba hacia él todo el clímax de la post-adolescencia, siempre teniendo en cuenta que esto es Suiza y no la República Dominicana: besito furtivo por aquí, carantoña ñoña por allá, el autobús avanza y yo reflexiono sobre las parejas de mozalbetes en las que ella es muy rubia y él tiene aspecto de perdonavidas, y sobre lo ajeno al ridículo que es uno cuando uno tiene una serie de años menos.

Cuando en esto que al llegar a la parada de mi edificio, la rubia se da la vuelta y me encuentro de bruces, ¡zas!, no con la preuniversitaria de Zermatt que yo esperaba, sino con otra española que se mudó aquí un mes después que yo, también proveniente de la oficina de Madrid, que a la adolescencia mira desde la atalaya de sus 38 o 39 años, y con la que en su momento compartí algunas tardes. Una española que se había mudado aquí con su perro y con su novio (por ese orden), un novio por cierto que estaba considerablemente bueno y que, para más inri, era fisioterapeuta.
Su dilatación de pupila no deja lugar a dudas: no me esperaba. Lo cual tampoco me explico, porque a fecha de hoy no compartimos gran cosa, a excepción de una conocida común hacia la que mis pensamientos se desarrollan. ¿Tendrá acaso miedo de que se lo vaya a comentar a ella? ¿Por qué? ¿Es que acaso el asunto es secreto? Ya lo dudo, si te plantas de esa guisa en el autobús que va directito al campus de mi empresa...

-Hola! Hacía mil años que no te veía -le comento yo, intentado normalizar por mi parte el asunto
-Sí... bueno... sí... ¿Qué tal?
-Bien, ¿y tú?
-Bien... bueno, no sé si os conoceis... Este es Chindasvinto* -dice así de refilón señalando al maromo, que al bajar del bus se ha quedado un paso más atrás.
Chindasvinto me indica que no habla español así que le digo en alemán que hola y que le he visto alguna vez por el edificio. Él a mí también, a mí no me engaña, aunque no lo diga. Como la tensión se puede cortar con un cuchillo, opto por desearles un buen día y avanzar un poco más rápido:  para qué hacerles pasar un mal rato. Y en lo que llego a mi oficina, me voy diciendo que a qué se deberá su azoramiento, si el asunto será en efecto un affaire oculto o de puertas abiertas, y que qué cosas, ya ves, la buena Marieta*.
Pero sobre todo, sobre todo, me pregunto si el novio fisioterapeuta seguirá por aquí, y si efectivamente habrá dejado de serlo.




*nombre ficticio

lunes, 3 de junio de 2013

Entendimientos

Estamos a 3 de junio y el ventanal que me muestra el día que hace afuera de mi oficina me despliega un cielo gris plomizo, terrible, temible, sazonado con 8 grados de temperatura y precipitaciones a flor de nube. Qué quieren que les diga: no lo entiendo. Esto ni es junio ni es ná. Y así no hay quien se oriente. Porque es importante entender las cosas para no ir por la vida como vaca sin cencerro. Y lo cierto es que últimamente hay muchas cosas que no entiendo. Por ejemplo:

No entiendo que haya que hablar con un psicólogo para poder abortar, y no para ponerse unas tetas. Y no entiendo que hayamos acordado la venta anual de 5.000 jóvenes españoles preparadísimos a Alemania y a su vez anunciemos la facilitación del permiso de trabajo a trabajadores cualificados que importemos nosotros. A este respecto, menos aún entiendo que en el país de Berlusconi pidan perdón a los emigrantes forzados, y en el mío se me diga que si me voy es por mi afán de aventura (y además, mientras no me vaya más lejos de Letonia, al parecer tampoco es que me haya ido). Tampoco entiendo que TVE Internacional se haga eco de las noticias internacionales dos días después (de media) de que lo hagan el resto de medios de comunicación, y tampoco entiendo de quién es primo el rotulador que diariamente me mete esos gazapos y faltas de ortografía de vergüenza ajena en el Telediario. No entiendo asimismo por qué la campaña "Descubre tu país" del Ministerio de Información y Turismo (me voy acostumbrando a la inminente re-nomenclatura) me invita a visitar en España cosas que no son visitables, como el peñón de Vélez de La Gomera, que es un enclave militar frente a la costa marroquí de restringido acceso. Y tampoco entiendo que puedas acabar en la cárcel por quemar una bandera de España porque eso sea apología del terrorismo, y sin embargo no sean apología del terrorismo canciones como esta que circulan por ahí y nos resultan tan simpáticas.



Y claro, así no se puede, porque va uno por la vida desorientado, sin entender nada, encomendándose al paraguas para esquivar lo displicente de los tiempos, atmosféricos y no atmosféricos, que nos ha tocado vivir.


Peñón de Vélez de la Gomera